El caso de Miguel Bosé y su pareja Nacho Palao ha conmovido a la opinión pública. Sus cuatro hijos han convivido como hermanos. Y ahora, cuando el amor se ha roto entre sus progenitores, se ven obligados a vivir a miles de kilómetros de distancia. Independientemente de la filiación biológica de las dos criaturas, la situación que atraviesan es muy dura para esta pareja rota.
En el año 2013 Miguel confesaba a la revista Shangay que era padre de familia numerosa, “ que a los siete meses de nacer Diego y Tadeo llegaron otros mellizos , Ivo y Telmo, muy poca gente lo sabía”. La entrevista resultaba muy confusa, porque no hablaba de que los niños tuvieran otro padre. Es más, Miguel hijo de una familia rota «Estoy harto de ver cómo se utiliza a los niños en las separaciones, cómo pagan los platos rotos y sufren las consecuencias de una relación que se rompe”. Y tal vez por ello, añadía que no quería ser padre “con una pareja. Así tengo dos hijos maravillosos que llevan mis apellidos y que nadie me puede quitar…¿Qué pasa con los otros dos? ¿Y con los cuatro? ¿Puede sentar jurisprudencia un caso como este tras el anuncio de Palao de que piensa tomar medidas legales contra su ex?
Miguel Bosé dijo a Shangay que no quería ser padre con una pareja, porque «así tengo dos hijos maravillosos que llevan mis apellidos y nadie me puede quitar
Cotilleo.es se ha puesto en contacto con Cristina Llop, de Ecija abogados, una de las máximas expertas en derecho familiar, así como con Néstor Orejón, letrado especializado en gestación subrogada. Ambos han explicado el sin fin de dudas que se presentan en estos casos. Según Cristina “el problema surge en los casos de parejas gays de chicos a la hora de determinar la filiación en el Registro Civil que se sólo se permite a nombre del donante biológico, pero no a favor de la pareja que deberá de proceder a iniciar un procedimiento de adopción”.
Visto lo visto, no parece que en el caso de Miguel Bosé y su pareja lo hicieran así. Nacho, para conseguir un régimen de visitas, que no custodia con los dos niños que no sean hijos biológicos suyos tendría que recurrir a la figura de allegado.
Hay un caso, recuerda Cristina, “planteado por la Sentencia del Tribunal Supremo de 6 de febrero de 29014,l en el que, no por maternidad subrogada sino por inseminación artificial, solo una de las “madres” era considerada como tal legalmente, de modo que la madre no gestante tuvo que iniciar procedimientos judiciales para conseguir la filiación por posesión de estado, habiendo obtenido previamente en el año 2011 una serie de visitas, pero no custodia, como allegada”.
Las lesbianas, normalmente, “lo tienen más fácil que los gays en el procedimiento de filiación. Una de las mujeres de la pareja puede ser la gestante. Y ello es algo que biológicamente la coloca en clara ventaja frente a las parejas de gays. Ello además hace que, si están casadas, la Ley de Reproducción Humana asistida permita la inscripción de su pareja como progenitora a su vez del menor con la simple manifestación expresa y previa”.
El vacío legal que puede perjudicar a los menores, no solo a los de Miguel Bosé
La maternidad subrogada tiene una serie de retos a resolver, afirma Nestor Orejón. “Como consecuencia de la Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y su toma en consideración por el Tribunal Supremo en un incidente resuelto en el año 2015 se hace necesaria resolver la situación provisional en la que quedan los y las menores desde que nacen y son trasladadas a España hasta que finalmente se regula su situación”.
Y es que hay que pensar en la “situación en la que queda la relación entre el progenitor que no consta como tal ante el Registro Civil y el menor si se produce en dicho periodos transitorio la ruptura de la pareja». Además, añade «Se tienen que adoptar decisiones propias de la propias de la patria potestad en la que los miembros de la pareja no están de acuerdo. Y también si fallece quien legalmente consta como progenitor”
Cristina Llop mantiene que ”existe mucha causística en torno a la filiación en el caso de parejas LGTBI que debería ser regularizada de manera clara e inequívoca. Aunque solo fuera porque, al final, los mayores afectados son los menores.