Julio Iglesias no atraviesa su mejor etapa. Ni en lo personal ni en lo profesional. A pesar de que su concierto en Uzbekistan resultó un auténtico éxito, lo cierto es que el cantante tiene ciertas reminscencias para continuar con la gira de conciertos que tiene preparada para las próximas semanas. Teme que el público le de la espalda y no llene los recintos como antaño. Vive, tal vez, anclado a un pasado que le ha pasado factura. No es -ni volverá a ser- la estrella rutilante que consiguió éxitos insospechados.
Renglón aparte merece el proceso judicial en el que se vio envuelto hace un año cuando Javier Santos decidió reabrir el caso de su paternidad interponiendo una demanda para luchar por sus intereses. Desde entonces, Julio ha evitado pronunciarse sobre el escándalo. Se acoge a que el caso está juzgado -fue condenado a asumir la paternidad y posteriormente se anuló el auto por un defecto de forma- para insistir en que no es el padre biológico del valenciano.
Julio será juzgado en Valencia
No cabe duda de que Julio, con la inestimable ayuda de sus abogados, ha intentando dilatar el proceso hasta el último momento. El cantante se opuso frontalmente a que la notificación de la demanda se le fuera entregada en España, pidió ser citado allende nuestras fronteras y, por supuesto, evitar volver a ser juzgado en Valencia, tal vez porque la situación política de la Comunidad nada tiene que ver con la que se encontró hace unos años. Por aquel entonces, Julio era imagen de la capital del Túria y gozaba de una extensa agenda de contactos.
Fue Cotilleo.es el medio que anunció, en exclusiva, que la Fiscalía se había opuesto a la petición del cantante. A la espera de la resolución judicial, todo hacía sospechar que el caso sería juzgado en Valencia. Y así será. Este medio puede garantizar que, a última hora de la tarde de ayer, las partes involucradas en el procedimiento fueron notificadas para comunicarles que la causa será juzgada en la Ciudad de la Justicia de Valencia. No hay vuelta atrás.
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