¿Quién no tiene fantasías sexuales? Hemos buceado en lo más hondo de hombres y mujeres para ofrecerte una pizquita de las más ardientes. Eso sí, hemos jurado mantener el anonimato y cumplimos nuestra palabra. Pasa, siéntate, respira hondo y lee.
“Soñaba con hacer el amor en un garaje desde que vi una película porno donde eso sucedía. A mi novia no le hacía mucha gracia. Sin embargo, una noche, tras mucho insistir, dijo sí. La experiencia no pudo ser más satisfactoria para los dos. Ahora es ella la que me pide hacerlo en lugares insólitos”.
“Siempre pensaba en cómo sería hacerlo con un extraño. Era una fantasía que rondaba mi cabeza. Un día, estando en una discoteca, conocí a un chico y el deseo se apoderó de mí. Le cogí de la mano y sin decirle nada, lo llevé a un reservado y empecé a besarlo locamente y… Me encantó. Desde entonces, aunque tenga novio, una vez al mes me doy el gusto”.
“Estar con dos mujeres a la vez es la fantasía de muchos hombres. Pensaba en eso constantemente pero por mi educación religiosa rechazaba la idea. Hasta que una mañana, estando en casa, picaron a la puerta dos chicas preciosas que venían a decirme que se acaban de mirar. No se cómo pasó, pero el caso es que acabamos haciendo un maravilloso trío en el salón”.
“Una noche, estaba en el hotel con mi chico y encendimos la tele. Me puse muy excitada al ver a una mujer haciendo un gangbang. Lo comenté con una amiga y me dijo que ya era hora que lo probara. Me llevó a un club de intercambio de parejas y allí estaban diez hombres en fila dispuestos para mí. Inolvidable”.
“Siempre fantaseaba con la idea de tener relaciones en algún lavabo. Al principio, pensaba que estaba enferma, pues no me parecía normal pensar eso. Hasta que un día, mientras tomaba algo en un bar, pasó un chico y me rozó levemente. Me giré y me dijo ‘Ven conmigo’ Le seguí, et voilà, fue tocar el cielo”.
“Soy cocinero y siempre pensaba que a la mesa de la cocina había que darle otro uso. El problema es que me la jugaba. Una noche entró la mujer del dueño, una MILF estupenda, y empezó a hablarme. Era tan sensual que no pude por menos que cogerla, sentarla en la mesa y empezar a acariciarla”.
“Qué morbo me daba pensar en hacerlo en algún lugar donde hubiera peligro de que me pillaran. La sola idea me excitaba. Estaba en casa de mis suegros, que son muy conservadores, cogí a mi marido y me lo llevé a una habitación para seducirlo. De fondo escuchaba a mis suegros hablando y eso me ponía más y más… Probadlo si tenéis ocasión. ¡Es tan excitante!”.
“Estaba deseoso de tener relaciones en el cine. Una tarde, fui al que tenía al lado de casa. Me había dejado mi novia y estaba de bajón. A mi lado se sentó una hermosa mujer que me sonrió. Empezó la película y su mano buscó mis partes íntimas. Nos encendimos y acabamos con fuegos artificiales”.
“Acariciarme con un vibrador delante de mi marido era una idea que tenía desde hacía años. Sin embargo, a él jamás le han gustado estas cosas. Una noche, cuando estábamos en la cama, pensé ‘Solo se vive una vez” y empecé mi performance. Mi marido se enfadó y dijo que parara de hacerlo. No le hice caso y continué. A los cinco minutos era él quien me pedía que siguiera porque necesitaba más. La verdad es que nuestra vida sexual se ha revitalizado desde entonces”.
“Utilizar disfraces en el juego íntimo era algo que siempre me había seducido. Una noche, cuando mi mujer ya estaba en la cama, entré en la habitación vestido de policía. Ella no daba crédito. La hice levantar, la puse contra la pared y le coloqué las esposas. Estaba húmeda y todavía no la había tocado. Hicimos el amor de varias formas diferentes, como nunca lo habíamos hecho. Nada como la fantasía para dar rienda suelta a la pasión”.
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