Álvaro Muñoz Escassi está de actualidad desde que, por arte de birlibirloque, fue inmortalizado en las páginas de Lecturas en compañía de Carmen Matutes. La hija del ex ministro Abel Matutes y una de las grandes fortunas de Baleares, era fotografiada justo un año después con el jinete. Desde el entorno de los Matutes no solo me desmienten un idilio inexistente sino que aseguran que son conscientes de la mala imagen que Escassi proyecta sobre la familia. No le quieren ver ni en pintura, a pesar de que Carmen y él siguen siendo amigos. Nada más. Ni hay, ni habrá relación sentimental alguna.
No me extraña. Escassi tiene la misma facilidad para conquistar a mujeres que para subirse a un caballo. Aunque, eso sí, en los últimos tiempos ha perdido tanta seducción como forma física. Luce ahora menos armónico, parece hinchado, como envejecido. Sus ojos azules ya no abrazan esa candidez de antaño, ahora parecen dibujar con claridad el objetivo marcado. Por eso no me sorprende que hace solo dos noches diera rienda suelta a la diversión en El Beso, uno de los locales de moda de Formentera.
Disfrutó hasta bien entrada la madrugada junto a un grupo de acompañantes (entre ellos la mismísima Carmen Matutes) y entre los que se encontraba una mujer, de curvas peligrosas, con la que mantuvo más que palabras. Roneo, coqueteo y acercamiento carnal. Flash flash. Álvaro desplegó sus alas de conquistador sin importarle que, a solo dos metros, Matutes le observara impertérrita. A pesar de las artes fuleras del jinete no consiguió su propósito.
Una ex de rompe y rasga
De momento está claro que ninguna consigue ocupar el vacío que dejó Raquel Bernal tras su divorcio. La maldicen sin conocerla. La tachan de interesada cuando, sin duda alguna, es de las mujeres más generosas y filantrópicas que conozco. Nada de lo que murmuran sobre ella se acerca a la realidad. Vive alejada del mundanal ruido, enfocada en sus múltiples negocios y sin rencor. Porque si algo caracteriza a la venezolana es que sabe perdonar, incluso cuando la decepción invade cualquier recuerdo. Ella mira al frente sin que nada ni nadie la paralice. Es tan inteligente como vulnerable pero sabe rodearse de buenos guías. Tal vez Álvaro debería haber seguido sus pasos, pues hay ciertas compañías que le han dejado tocado, hundido y sin salvavidas.