Raquel Bollo nos sorprendió ayer, en el programa Ven a Cenar Conmigo, mostrando a los espectadores un espectacular chalet, que quedó a su disposición para impresionar a sus invitados.
Muestra una clara contradicción con su situación actual. Hace poco se hicieron públicos los problemas económicos que tiene la colaboradora de Telecinco. El cierre de su tienda y sus problemas con Hacienda nos hacen dudar de las intenciones de Raquel mostrando a toda España su casa…
El autoengaño de Raquel Bollo
Una elegante Raquel Bollo sorprendía a los espectadores de Ven a Cenar Conmigo mostrando su chalet. Si bien es cierto que por fuera no parece gran cosa, el secreto y lo mejor está en el interior. Con una terraza de lo más íntima y con unas vistas de infarto, la colaboradora de Telecinco quiso contentar a sus invitados (entre los que se encontraban Ángel Garó y Melody) de la mejor forma posible.
En el programa pudimos ver su casa por dentro. Y podemos decir que es bastante bonita. Ha querido dar una imagen «pudiente» para que no se siga especulando con los problemas económicos que podría tener. Una cena amigable en la que todos han quedado satisfechos con el trato y el servio de la anfitriona.
No faltó, como no podía ser de otra manera, el postre. El favorito de Raquel: su hijo Manuel Cortés, que deleitó a los comensales con una actuación. Un poco de promoción nunca viene mal. Y menos en un prime-time.
El guiño a Isabel Pantoja
Se ha notado más bien poco (nótese la ironía) la intención que ha tenido Raquel Bollo de mostrar una fotografía suya con Isabel Pantoja. Sí, con su amiga la tonadillera, esa con la que de repente se adora, y después se «odia». No hay ni rastro de sus recuerdos con Chiquetete. Las probabilidades de que guardase algún recorte de revista de su enemiga pública, Carmen Gahona son nulas. Para su mala suerte, es bastante probable que tenga que verla en la próxima edición de GHVIP.
Mostró, también, un cuadro que tiene enmarcado del primer posado que hizo para la revista Interviú. Raquel fue muy criticada por los lectores, que consideraban que una persona de etnia gitana no debía posar así.