Prometió venganza. Y no defraudó en su rentreé tras estar hospitalizada por un brote sicótico. Raquel Mosquera apareció en Sálvame Deluxe como una exhalación. Dispuesta a todo. Incluso a responder, de forma contundente, a las preguntas formuladas durante el polígrafo. Salió vencedora de un plató que aplaudió con ferocidad cada una de sus inesperadas revelaciones. Una tras otra, las declaraciones de Mosquera suponían un paso más en la relación que Rocío Carrasco mantenía con su padre, Pedro Carrasco.
Y Raquel llegó hasta el final. Aseguró que, tras el último encuentro entre el boxeador y su hija, con la que mantenía una relación intermitente, este le dijo: «a esta hija de puta no la quiero volver a ver». Al parecer, la reacción de Pedro venía motivada por la desconfianza que le despertaba Fidel Albiac, con el que nunca se entendió: «Nunca se fio de él, y Rocío Jurado por mucho que digan, tampoco lo veía con buenos ojos».
Pero no solo abordó el tema de la relación de Pedro con su hija. También quiso defender a Amador Mohedano de las críticas e informaciones que se divulgan sobre él. Aseguró la peluquera que no es cierto que la tonadillera le tuviera ojeriza. Todo lo contrario: «A Pedro le gustaba como manager de Rocío y para nada creo que se intentara aprovechar económicamente de la carrera de su hermana».