Fue a finales de 2016 cuando la relación de Maria Teresa Campos y Bigote Arrocet estuvo a punto de saltar por los aires. Unas fotografías del humorista en compañía de otra mujer, Gemma Serrano, provocaron el cataclismo familiar. También el mediático, pues los rumores obligaron a que Edmundo concediera una entrevista para reforzar sus principios. El chileno negó infidelidades y reiteró que sus sentimientos hacia la presentadora eran justos y certeros.
Sus palabras fueron tomadas en consecuencia por las hijas de la Campos. Terelu mostró su disconformidad y confesó haber dudado. Sobre todo porque en los corrillos periodísticos se hablaba -y de qué manera- sobre la existencia de más material además del publicado. Pasó el tiempo y, aunque Gemma jugó al despiste, en más de una ocasión amenazó con tirar de la manta.
Una estrategia de lo más sorprendente
No lo hizo. Quien sabe si porque su testimonio carecía de veracidad o porque, en el peor de los casos, temía acabar en los tribunales. Dos años después, Bigote y Gemma coinciden en una sala. Juntos, pero no revueltos, Cotilleo.es ha podido saber que la relación entre ellos es buena y que, a pesar del enfado de Maria Teresa, entre ellos no hay motivo de crispación.
Sin embargo, Edmundo y Gemma no posaron juntos en la presentación del libro de Jose Antonio Franco. Evitaron el contacto ante los medios de comunicación para no crear nuevas especulaciones. Una estrategia que, en palabras de la propia Gemma, se urdió para “no enfadar a la yaya”. Un apelativo que no hará ninguna gracia a María Teresa, que no levanta cabeza tras los últimos escándalos.