En la actualidad, cada vez son más las personas interesadas en realzar la belleza con el fin de verse y sentirse bien. Precisamente esto es lo que ofrece la medicina estética, técnicas médicas que contribuyen a mantener, restaurar y promocionar la estética, sin comprometer el bienestar y la salud.
De esta forma, una clínica de medicina estética se caracteriza por ofrecer prácticas poco invasivas, es decir, que se realizan de manera ambulatoria y solo requieren el uso de anestesia tópica.
Gracias a los avances científicos, se han ampliado los campos de aplicación de este tipo de medicina, abarcando un sinnúmero de métodos no quirúrgicos que van desde tratamientos dermatológicos u endocrinología, hasta procedimientos cosméticos y flebología.
¿Qué es la medicina estética?
Básicamente, hablamos de la rama médica que, a través de métodos no invasivos, tiene como finalidad mejorar la apariencia física de las personas. A diferencia de la cirugía estética, los procedimientos garantizan la eficacia, la seguridad y, sobre todo, la obtención de resultados naturales y duraderos.
Debido a que no requieren hospitalización ni anestesia general, su mayor ventaja radica en la posibilidad de retornar a la rutina diaria después del tratamiento.
Antes de pasar a enumerar las opciones, conviene recalcar que, sin importar el tipo de tratamiento, la clave para evitar los riesgos y garantizar la satisfacción radica en acudir a profesionales expertos.
Exactamente, esto es lo que podemos encontrar en la clínica estética La Palmera. A través de una filosofía basada en principios de salud y bienestar, este grupo de especialistas se dedica a realzar la belleza natural de cada persona, de forma responsable y segura.
Principales tratamientos que ofrecen las clínicas de medicina estética
Actualmente, existe una amplia variedad de procedimientos disponibles lo que hace posible encontrar soluciones efectivas, que se ajustan a las preferencias y necesidades de cada paciente. Si de tratamientos novedosos se trata, estas son las opciones que marcan tendencia.
Ácido hialurónico
Indudablemente, es una de las principales opciones para corregir líneas de expresión y rellenar las arrugas. Sin embargo, debido a que se trabaja la piel a nivel estructural, forma parte de diferentes tratamientos faciales, incluyendo los que se utilizan para dar volumen y definir los labios y pómulos.
Aunque el procedimiento puede variar de acuerdo a la zona a tratar, por lo general, consiste en la aplicación de inyecciones con la sustancia. Su mayor ventaja radica en su poder hidratante, de esta manera, los resultados son mucho más naturales.
Mesoterapia con skinbooster
Este es el método indicado para quienes desean nutrir la piel y mejorar la elasticidad. A través de microinyecciones, el área a tratar recibe una dosis de sustancias de relleno de baja densidad, las cuales no solo aportan nutrientes esenciales, también hidratan profundamente.
Asimismo, el cóctel de vitaminas que recibimos contribuye a la recuperación del hidrobalance cutáneo, en simultáneo que incrementa la producción de colágeno. Estos dos efectos garantizan resultados inmediatos, basta con una sesión para que la piel adquiera una apariencia tersa y luminosa.
Voluminizadores
Como su nombre lo indica, su función es aportar volumen e hidratación. Para ello, se utiliza ácido hialurónico con densidad, el cual es aplicado en las zonas que necesitan relleno.
Si bien suele emplearse en los labios y mejillas, de acuerdo a la densidad utilizada sirven para definir los rasgos faciales, ya que brindan soporte adecuado al rostro, tanto cuando se encuentra en reposo, como en movimiento. Hoy en día, es común su empleo en el tratamiento de arrugas peribucales, surcos nasogenianos, pómulos, contorno de la mandíbula y ojeras.
Neuromoduladores
Indiscutiblemente, este es uno de los tratamientos más versátiles en la actualidad. Inyectados en áreas específicas del rostro, los neuromoduladores interrumpen la comunicación entre los músculos y los nervios. Su principal protagonista es la toxina botulínica.
De esta forma, impiden la liberación temporal de acetilcolina, el neurotransmisor encargado de enviar señales nerviosas a los músculos a fin de que se contraigan. Después de la relajación, las líneas de expresión y arrugas se suavizan, dando como resultado una apariencia rejuvenecida.
Pero eso no es todo, los neuromoduladores también son utilizados para tratar trastornos musculares en la cara y el cuello, así como el bruxismo. Debido a su capacidad de disminuir la secreción sebácea y de sudor, es ideal en la lucha contra la hiperhidrosis axilar y palmoplantar.
Inductor de colágeno
Este es otro tipo de relleno dérmico, la diferencia radica en que tiene como propósito disminuir la flacidez del área tratada, a través de la estimulación de colágeno.
En la mayoría de los casos, es empleado para redefinir el contorno facial. Sin embargo, cada vez son más los especialistas que sugieren el método al momento de tensar las arrugas finas que suelen aparecer como consecuencia del envejecimiento. Igualmente, es una alternativa para aumentar el volumen de las mejillas y pómulos.
Luz Pulsada – IPL
Si de tratamientos fotorejuvenecedores modernos hablamos, el uso de la Luz Intensa Pulsada lleva todas las de ganar. Además de la versatilidad que supone poder aplicarlo en diferentes zonas corporales, desde el rostro y cuello, hasta el escote y dorso de las manos, es un método rápido e indoloro.
Sin riesgos ni largos periodos de recuperación, la piel experimenta una recuperación notable de su belleza natural. Aunque todos pueden someterse al procedimiento, es especialmente recomendado para corregir manchas, rojeces, pecas, marcas solares y los problemas que se derivan de la dilatación excesiva de los capilares.
Peelings y plasmage
Este par de tratamientos se consideran los más profundos, ya que involucran el uso de elementos químicos y equipos especiales. El primero consiste en la aplicación de sustancias efecto exfoliante, lo que favorece la firmeza y luminosidad, debido a la eliminación de las células muertas.
Por su parte, el segundo involucra el empleo de un bisturí de plasma, el cual se encarga de sublimar y cauterizar diferentes lesiones, entre ellas, puntos rubí, angiomas, acrocordones y las antiestéticas verrugas. También es utilizado para corregir cicatrices de acné, elevar los párpados y tratar la discromía y estrías de distensión periumbilical.
En definitiva, las clínicas de medicina estética son el lugar indicado para recuperar la belleza natural de la piel. Su eficacia y bajo riesgo de complicaciones suman puntos a favor, así como la durabilidad de los resultados y la manera en la que conseguimos un rejuvenecimiento notable, sin perder nuestros rasgos faciales.