Gran Hermano pone al límite a los concursantes
Gran Hermano se está desarrollando este año en una especie de calma tensa entre los concursantes, el ambiente diario en las dos casas suele ser de paz y armonía, pero en cuanto los grupos se dividen, su falta de comunicación con el exterior supone que solo surjan temas de conversación relacionados con los habitantes de la casa, y siempre están llenos de reproches.
Vanessa no llevaba ni una semana en la casa cuando se dio cuenta de que su vida fuera de Guadalalix de la Sierra estaba llena de carencias, su pareja no era cariñoso con ella, no le gustaba tanto el sexo como a ella, en definitiva, necesitaba algo más, tal vez a un italiano, como se cansó de repetir, puede que estar en un lugar rodeada de gente más joven, hombres muy atractivos y concursantes con grandes proyectos, le hicieron recapacitar sobre su vida fuera.
Gran Hermano une a la pareja y eso supone una distancia
Gran Hermano decidió que iba a alargar el concurso desde la primera semana: no hay ningún expulsado, cada habitante que sale de la casa, va directo a otra más pequeña donde le esperan algunos de los concursantes que la habitan desde el primer día, si para Vanessa, separarse de su marido fue una liberación, Javi se encontró totalmente perdido en la casa pequeña.
Vanessa no fue capaz de besar a su marido en la boca cuando se reencontraron, su lenguaje corporal indicaba que no era el lugar ni la persona con la que esperaba encontrarse, además, ella va creando conflictos por donde pasa, en la casa principal se llevó a un grupito de chicas con ella, Maica ha sido una de las concursantes que ha vuelto a hacer amigos en cuanto Vanessa salió expulsada.
Gran Hermano sabe que el matrimonio está a punto de la ruptura
Vanessa se siente atrapada en la nueva casa, no soporta estar cerca de su marido y tiene picos de llanto y abrazos eternos con Javi y otros momentos donde solo sabe discutir y cuestionar al resto de sus compañeros, que en este caso son muy pocos, aún así, no ha sido capaz de sentirse cómoda y la situación cada vez es más agobiante para ella.
Gran Hermano hace que los habitantes se cuestionen su modo de vida, sus relaciones, lo que quieren hacer con sus vidas, son demasiadas horas para pensar y para estar encerrados rodeados de las mismas personas, tienen tiempo de sobra para saber qué necesitan cuando salgan del concurso, está claro que Vanessa no parece necesitar a su marido.