La relación entre Íñigo Onieva y Tamara Falcó ha protagonizado muchas portadas desde el día en que hicieron público su compromiso, pero el reciente conflicto que ha surgido entre ambos ha añadido una nueva dimensión a su relación, que ha capturado la atención de los medios de comunicación. Lo que comenzó como una relación romántica de ensueño, llena de viajes exóticos y declaraciones públicas de amor, ahora se ha visto empañada por un desencuentro que involucra algo tan trivial como las redes sociales, pero que ha puesto a prueba la estabilidad de su matrimonio.
1El matrimonio de ensueño y los primeros problemas
Íñigo Onieva, a sus 35 años, y Tamara Falcó han vivido lo que muchos podrían calificar como una constante «luna de miel» desde su boda. Tras el paso por el altar, la pareja ha disfrutado de lujosos destinos de vacaciones, y Falcó, en más de una ocasión, ha hecho alarde de su relación perfecta en diversas entrevistas. Uno de los espacios en los que la hija de Isabel Preysler ha comentado sobre su vida marital es el programa de televisión ‘El Hormiguero’, donde ha compartido con el público las vicisitudes de la vida en pareja.
No obstante, a pesar de las sonrisas y los momentos de felicidad que ambos han mostrado en redes sociales, también ha habido diferencias entre ellos, como es común en cualquier relación. Sin embargo, el último enfrentamiento entre Íñigo y Tamara ha tomado un cariz más serio, ya que implica algo que, hoy en día, es de vital importancia para las figuras públicas: la gestión de su imagen y redes sociales.
Durante el verano, la pareja decidió disfrutar de unas vacaciones en dos de los destinos más deseados por los viajeros del mundo: las paradisíacas islas Maldivas y Seychelles. Durante esos días de descanso, ambos se mostraron muy activos en sus redes sociales, compartiendo con sus seguidores fotos y vídeos que reflejaban su felicidad y las actividades que estaban realizando. Sin embargo, fue una imagen en particular la que detonó el conflicto entre la pareja.
Tamara Falcó publicó una foto que, aunque para algunos podría parecer inofensiva, no fue del agrado de Íñigo Onieva. La fotografía mostraba a la pareja en una situación inusual, al menos en comparación con las imágenes a las que suelen tener acostumbrados a sus seguidores. En la instantánea, Tamara lucía un vestido blanco midi con un escote estilo barco, mientras que Íñigo vestía un pantalón verde oliva combinado con una camisa de un estampado que no es típico en él. Además, llevaba el cabello completamente engominado hacia atrás y unas gafas traslúcidas, un look que distaba mucho de su estilo habitual.
Lo que parecía ser una simple imagen para recordar el viaje, fue vista por Íñigo como una fotografía que no representaba su mejor imagen. De hecho, poco tiempo después de ser publicada, la imagen fue eliminada de las redes sociales de Tamara Falcó. Este hecho no pasó desapercibido para los más de un millón de seguidores de la Marquesa de Griñón, algunos de los cuales lograron capturar la imagen antes de que desapareciera.