Broncano enfada a la comunidad LGTBIQ+
Broncano ha comenzado siendo un claro rival de Pablo Motos, el presentador de La Revuelta ha logrado más de un 17% de audiencia con más de dos millones de espectadores, aunque El Hormiguero estuvo cerca de los tres millones, ya es una competencia real, anda que ver con Babylon Show que se desangra con apenas un 3% de audiencia.
El presentador de TVE ha estado en el punto de mira de los seguidores y de los reporteros por su polémicos videos previos a la emisión del primer programa, un anuncio previo anunciaba el programa con un cartel de Motos y Broncano besándose en la boca con la bandera del arco iris detrás de ellos algo que no ha gustado a algunos seguidores.
Broncano triunfa a pesar de las críticas
Los espectadores están al tanto de todo lo que sucede en televisión, uno de ellos no ha visto con buenos ojos la imagen de los dos presentadores: «Hacer bromita sobre dos heteros dándose un beso gay frente a la bandera LGTBI tal vez no sea la mejor manera de empezar.», asegura el usuario de la red social X.
Alberto Rey, crítico de series, también ha opinado en X: «Al margen del subtextillo homófobo de esta promo (que lo tiene, sí), me divierte que se asuma que si eres español tienes que elegir entre Motos, Latre o Broncano. Es decir, entre matices de lo mismo. Yo elijo no elegir. Gracias.», reivindica claramente molesto.
Broncano empieza de forma reivindicativa
El presentador no ha dudado en seguir la línea disruptiva de La Resistencia en Movistar+, pero tras esta fachada de progresismo y modernidad, volvemos a ver el mismo formato de siempre, un programa en Prime Time donde solo lo lideran hombres exactamente igual que en El Hormiguero y Babylon Show, demasiada testosterona en tres cadenas diferentes.
Broncano quiere sorprender, pero ya ha recibido acusaciones de homofobia por parte de uno de los críticos de cine y televisión más prestigiosos de nuestro país, el magnífico Alberto Rey que tiene claro que lo que venden, ya han intentado que lo compre en numerosas ocasiones, esperemos que escuchen las voces de los que no se tragan esa falsa modernidad.
