En una escena que refleja la profunda brecha que ha dividido a la familia real británica en los últimos años, los príncipes Guillermo y Harry se encontraron una vez más en el mismo espacio, pero sin mostrar signos de reconciliación. El motivo de la reunión fue el funeral de Robert Fellowes, cuñado de la difunta princesa Diana y exsecretario privado de la reina Isabel II. Sin embargo, lo que llamó la atención de todos los presentes fue la fría distancia que mantuvieron los hermanos durante la ceremonia, según reveló el diario The Sun este viernes.
El príncipe Harry viajó desde Estados Unidos, donde reside junto a su esposa Meghan Markle y sus dos hijos, para asistir al servicio religioso celebrado en la iglesia de St. Mary, ubicada en la tranquila localidad de Snettisham, en Norfolk, al este de Inglaterra. A pesar de la solemnidad del evento, el encuentro con su hermano mayor, el príncipe Guillermo, estuvo marcado por la frialdad y la ausencia de comunicación, una evidencia más de la tensa relación que mantienen desde que Harry decidió alejarse de sus deberes reales a principios de 2020.
Robert Fellowes, quien falleció a los 82 años a principios de este mes, fue una figura destacada dentro de la casa real británica, sirviendo como uno de los consejeros más cercanos de la reina Isabel II durante su reinado. Su matrimonio con Jane Fellowes, una de las hermanas de Diana de Gales, lo vinculaba directamente con los príncipes Guillermo y Harry, quienes decidieron asistir al funeral en señal de respeto. Sin embargo, su presencia conjunta en el templo no fue suficiente para romper el hielo entre ellos.
Según The Sun, los hermanos mantuvieron una actitud discreta durante toda la ceremonia, evitando el contacto visual y optando por sentarse en lugares separados dentro de la iglesia. Una fuente cercana, citada por el rotativo, confirmó que los príncipes no intercambiaron ni una sola palabra durante el evento. La situación recordó a muchos la creciente distancia que ha marcado la relación entre los dos hijos del rey Carlos III, una relación que alguna vez fue estrecha y afectuosa, pero que ha sufrido grandes tensiones en los últimos años.
Este distanciamiento no es un hecho nuevo. A principios de este año, cuando el príncipe Harry viajó nuevamente desde Estados Unidos para visitar a su padre, el rey Carlos III, debido a su diagnóstico de cáncer y su tratamiento oncológico, tampoco hubo un acercamiento con su hermano. El príncipe Guillermo se mantuvo distante, y los hermanos no lograron encontrarse ni conversar, según diversas fuentes.
El distanciamiento entre Guillermo y Harry quedó aún más expuesto tras la publicación del libro biográfico del duque de Sussex, titulado ‘Spare’ (En la sombra), donde Harry desvela detalles íntimos de su vida y de la relación con su hermano. En este polémico libro, Harry acusó a Guillermo de haberlo empujado violentamente durante una acalorada discusión relacionada con su matrimonio con Meghan Markle. Según Harry, el altercado terminó con él cayendo sobre un cuenco para perros, un incidente que alimentó aún más la narrativa de discordia entre los dos príncipes.
La publicación de ‘Spare’ tuvo un impacto significativo en la imagen pública de la familia real, revelando tensiones que, aunque se sospechaban, no habían sido confirmadas de manera tan explícita. Las declaraciones de Harry en el libro no solo afectaron su relación con Guillermo, sino que también agudizaron su distanciamiento de otros miembros de la familia real, incluidos su padre, el rey Carlos III, y la reina consorte, Camilla.
Guillermo y Harry ante el pueblo
Mientras tanto, el público británico observa con asombro y tristeza cómo la brecha entre los dos príncipes parece ensancharse con cada nuevo evento. Lo que alguna vez fue una relación fraternal sólida y llena de cariño, se ha transformado en un vínculo marcado por el resentimiento y la incomunicación. Las reuniones familiares, que solían ser momentos de unión, ahora se han convertido en escenarios de tensión y silencio, donde la presencia conjunta de Guillermo y Harry no parece tener más propósito que el simple cumplimiento de obligaciones protocolares.
A medida que la distancia entre los dos hermanos sigue creciendo, queda la pregunta de si alguna vez lograrán superar las diferencias que los separan. El funeral de Robert Fellowes, que podría haber sido una oportunidad para la reconciliación, ha demostrado ser solo otro ejemplo de la profunda división que ahora caracteriza la relación entre Guillermo y Harry. Con el paso del tiempo, esta brecha se ha convertido en un reflejo no solo de sus diferencias personales, sino también de la transformación de la familia real británica en una entidad marcada por el conflicto interno y la división.
Lo que se vivió en Norfolk no fue solo un funeral, sino una escena que capturó de manera cruda y reveladora la frialdad entre los hijos del rey Carlos III, una frialdad que parece no tener fin.
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