En su primera visita oficial a Colombia, el príncipe Harry y Meghan Markle, duques de Sussex, han generado gran expectación y controversia durante un recorrido que abarcó las ciudades de Bogotá, Cartagena de Indias y Cali. Invitados por Francia Márquez, vicepresidenta y ministra de Igualdad del país, los duques han centrado su visita en temas relacionados con la niñez, la educación y la lucha contra el ciberacoso, causas que han estado en el corazón de sus actividades filantrópicas a través de la fundación Archewell.
El enfoque de la visita de los duques de Sussex ha sido claro: reforzar su compromiso con la promoción de la igualdad y el bienestar infantil, y evidenciar su apoyo a la diversidad cultural. En Bogotá, su primera parada, visitaron el colegio La Giralda, donde Meghan Markle sorprendió al dirigirse a los niños en un fluido español.
«¡Tienes la misma edad que mi hijo Archie!» exclamó la duquesa, ganándose la simpatía de los pequeños y de los presentes. Más tarde, durante una conferencia titulada «Mujeres Afro y poder», Markle inició su discurso con un saludo en español: «Muy buenas tardes, me gustaría empezar en español», dijo con una sonrisa, disculpándose luego por si su pronunciación no era perfecta, revelando que había aprendido el idioma hace veinte años durante una pasantía en la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires.
La conexión de Meghan Markle con el español y su interés por las culturas hispanas no es un tema nuevo, pero esta vez resonó de manera especial en Colombia. El esfuerzo de la duquesa por comunicarse en el idioma local fue visto como un gesto de respeto y admiración por la cultura colombiana, lo que dejó una impresión positiva en muchos de los que asistieron a los eventos en los que participó. No obstante, algunos críticos han señalado que este gesto podría interpretarse como un intento por suavizar las críticas hacia el alto coste de su vestuario y joyas durante el viaje, valorados en más de 60.000 euros, una cifra considerable para una visita oficial de solo cuatro días.
La visita de los duques también incluyó paradas en Cartagena y Cali, dos ciudades con una rica herencia cultural y una fuerte presencia de comunidades afrodescendientes. En ambas localidades, los duques mostraron su interés por las raíces culturales del país, visitando escuelas-talleres donde se promueve la educación y la formación en oficios tradicionales. En Cartagena, la pareja real se centró en la importancia de preservar el patrimonio cultural y en Cali, la atención se desvió hacia programas educativos diseñados para empoderar a los jóvenes y alejarlos de la violencia.
Sin embargo, no todo ha sido positivo en este viaje real, que ha estado marcado por la controversia en torno a los costos y la pertinencia de su visita. En un país donde la desigualdad social sigue siendo un problema urgente, muchos se han cuestionado si era necesario destinar recursos públicos para financiar la seguridad y los gastos logísticos asociados con la visita de los duques de Sussex. Las críticas se han intensificado al revelarse el elevado coste del vestuario de Meghan Markle, considerado por algunos como una muestra de opulencia desmesurada, especialmente en un contexto donde gran parte de la población lucha por satisfacer necesidades básicas.
Críticas a Meghan Markle
Pese a las críticas, la visita de Harry y Meghan Markle también ha sido vista como una oportunidad para poner en el foco mediático internacional a Colombia, resaltando tanto sus problemas como sus avances. La presencia de la pareja real atrajo la atención de medios de comunicación globales, lo que permitió una difusión más amplia de los temas que se abordaron durante su estancia, como el ciberacoso y la necesidad de proteger a la infancia en el entorno digital. Además, los duques aprovecharon la ocasión para reunirse con líderes comunitarios y figuras clave en la lucha por la igualdad y los derechos humanos, fortaleciendo así la imagen de su fundación como una entidad comprometida con causas sociales.
La primera visita oficial del príncipe Harry y Meghan Markle a Colombia ha sido un reflejo de su intención de continuar su labor filantrópica a nivel global, aunque no ha estado exenta de controversias.
Su esfuerzo por conectar con la cultura local, especialmente a través del uso del idioma español por parte de Meghan Markle, ha sido aplaudido por muchos, pero también ha levantado críticas sobre el costo de su estancia y la pertinencia de su presencia en un país que enfrenta grandes desafíos sociales. Con todo, su paso por Colombia ha dejado una huella tanto en los corazones de quienes los recibieron con entusiasmo, como en el debate público sobre el papel de las figuras internacionales en la lucha por la igualdad y la justicia social.