La influencer Victoria Federica de Marichalar, nieta del Rey Juan Carlos I, se ha convertido en una de las figuras más enigmáticas de este verano. Su presencia en destinos exclusivos, su cercanía con personajes influyentes, y su ausencia en el Palacio de Marivent, han despertado la curiosidad de la prensa y del público en general. Su último viaje a las Maldivas, junto a otros rostros conocidos como Genoveva Casanova y Susi Caramelo, dejó una estela de misterio cuando la joven desapareció sin dejar rastro en el aeropuerto de Madrid-Barajas.
El grupo de influencers y personalidades mediáticas, que compartieron aventura en el concurso «El Desafío», fue recibido por la prensa a su regreso a España. Sin embargo, Victoria Federica no fue vista en la capital española, lo que suscitó numerosas especulaciones. Según información confirmada por LA RAZÓN, la joven habría abandonado a su grupo antes de regresar a España para tomar otro vuelo con destino a Abu Dabi. La capital de los Emiratos Árabes, donde reside su abuelo desde 2022, parece haberse convertido en un refugio habitual para la nieta del exmonarca.
Victoria Federica no viajó sola a Abu Dabi. Su madre, la Infanta Elena, y su tía, la Infanta Cristina, también se unieron a la visita. La familia pasó unos días en la ciudad acompañando al ex jefe de Estado, quien ha establecido su residencia en ese destino tras su salida de España. La relación cercana que mantienen con Juan Carlos I, a pesar de la distancia y las polémicas, se refleja en estos encuentros familiares que se producen siempre que sus agendas lo permiten.
Pero Abu Dabi no fue el único destino «secreto» en el itinerario veraniego de Victoria Federica. A diferencia de años anteriores, la joven también pasó tiempo en Marbella, uno de sus lugares favoritos. Esta ciudad de la Costa del Sol ha sido un punto fijo en sus veranos, y este año no fue la excepción. A lo largo de las últimas semanas, Victoria ha sido vista disfrutando del sol y las playas de Marbella, un lugar que comparte con otras celebridades y donde puede disfrutar de cierta privacidad.
Sin embargo, la estancia en Marbella no fue el único punto de su recorrido. El itinerario mediterráneo de Victoria Federica también incluyó otras paradas habituales, como Formentera, Ibiza y Sotogrande, donde se reunió con su padre, Jaime de Marichalar. La joven se ha movido con soltura por estos destinos de lujo, manteniendo su vida personal y sus relaciones alejadas de los focos mediáticos. Esta capacidad para desaparecer de la vista pública, incluso en lugares tan frecuentados por la élite, es parte de lo que ha convertido a Victoria Federica en una figura tan intrigante.
A pesar de estos movimientos, uno de los grandes ausentes en el verano de Victoria Federica ha sido el Palacio de Marivent en Palma de Mallorca, residencia de su abuela, la Reina Sofía. La ausencia de Victoria y otros miembros de la familia en Marivent ha sido notable, y ha generado cierta decepción entre aquellos que esperaban ver una reunión familiar completa en la isla balear. La Reina Sofía, quien siempre ha deseado reunir a todos sus nietos bajo el techo de Marivent, parece haber visto frustrado su anhelo de tener a toda la familia junta este año.
Este verano, únicamente la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, hijas del Rey Felipe VI, han honrado con su presencia el palacio mallorquín, aunque por un corto período de tiempo. Las jóvenes llegaron a Palma de Mallorca tras asistir a los Juegos Olímpicos de París, pero su estancia fue breve, solo lo necesario para cumplir con sus obligaciones oficiales. Esta presencia mínima contrasta con los recuerdos de otros veranos en los que Marivent era el epicentro de las vacaciones de la Familia Real.
El deshielo de Victoria Federica
Al inicio del verano, se habló de un posible «deshielo» en las relaciones familiares que podría propiciar un reencuentro en Marivent. Sin embargo, la realidad ha demostrado ser diferente. No se trata de tensiones familiares o estrategias de imagen, sino de la evolución natural de las vidas de los miembros más jóvenes de la familia. Con trabajos, amigos, parejas y compromisos personales, los nietos de la Reina Sofía han desarrollado sus propias agendas, lo que ha hecho cada vez más difícil coordinar una reunión familiar completa.
La figura de Victoria Federica encarna esta nueva realidad dentro de la familia Borbón. Con una vida que se desarrolla entre las redes sociales, la moda, y viajes exclusivos, la joven ha tomado las riendas de su propia narrativa, alejándose del protocolo real que enmarcó la vida de generaciones anteriores. Este verano ha sido un reflejo de su independencia y su capacidad para moverse entre el mundo de la realeza y el de las celebridades con igual soltura.
En definitiva, el verano de Victoria Federica de Marichalar ha sido una mezcla de escapadas a destinos exclusivos, encuentros familiares discretos, y una ausencia notable en los tradicionales encuentros de la Familia Real. Este verano, más que nunca, la joven ha demostrado que su vida sigue su propio curso, lejos de las expectativas y tradiciones que alguna vez definieron a la Familia Real española.