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sábado, 23 noviembre 2024

Las claves para entender la mala relación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar

A Jaime de Marichalar le costó que la infanta Elena se fijara en él. Tuvo que insistir para que accediera a salir. Aquello empezó de forma tímida. Para la hija de los Reyes Eméritos, aquel joven de familia noble era un amigo. Poco a poco, Jaime consiguió encandilarla a base de conversaciones que versaban sobre un mundo al que ella era ajena, detalles y mucho tesón. Acostumbrada a ir con un look casual, Elena de Borbón se sintió muy atraída por los consejos que Marichalar le aportó sobre cómo mejorar su imagen.

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Diseñada para él

Tras la luna de miel, los duques de Lugo se instalaron en Madrid para iniciar la vida en común. Elena empezó a cambiar. Llamaba poderosamente la atención por la ropa que lucía. “Se nota el toque de Jaime”, murmuraban sus allegados. Los looks casual desaparecieron de su armario para llenarse de prendas y complementos de lo más chic firmados por diseñadores de alta costura.

Cuando Marichalar sufrió el ictus, la infanta ya había empezado a cansarse de tanta sofisticación. Se dio cuenta de que aquella mujer que había diseñado Jaime no era ella y quiso recuperar su esencia. Eran muy diferentes. Mientras que a él siempre le ha gustado socializar tras acabar su jornada laboral, la infanta es más de irse a dormir pronto para madrugar y dedicarse a su gran pasión, montar a caballo.

Espalda