El divorcio de Iñaki Urdangarin
Ainhoa Armentia e Iñaki Urdangarin han tenido numerosos conflictos familiares. Y es que ella no cae bien en Zarzuela. Tanto es así que, después de que se publicaran las fotos en las que se confirmaba el romance, han tenido que esperar dos años a que la infanta Cristina firmara los papeles del divorcio.
Además, Ainhoa que deseaba poder empezar a planificar una vida familiar junto a su nueva pareja, ha sentido el rechazo por parte de la familia real desde los comienzos de su relación. La que principalmente les hacía la guerra era la infanta Cristina, quien no quería firmar los papeles del divorcio, algo que mantuvo la situación en una especie de tiempo detenido.
El impedimento para el divorcio
Hay quienes especulan en esta demora de Cristina diciendo que ella no deseaba separarse y, mucho menos, dejárselo tan fácil a su exmarido. La infanta, hermana del rey Felipe VI, comenzó una guerra silenciosa cuyo motor era impedir esa relación entre Iñaki y Ainhoa. Algo que se volvía más difícil porque la propia madre de Urdangarin se posicionó de parte de Cristina, a quien la une una amistad.
Claire Liebaert, confesó en varias ocasiones que es muy amiga de Cristina. Y aunque su postura parece estar clara, en los últimos meses entre ellas ha habido cierta distancia, que ha provocado que casi no se vean ni hablen con la otra. No obstante, Claire tiene claro que Ainhoa no le gusta, aunque ella ha intentado de todas las maneras posibles cierto acercamiento hacia su actual suegra, sin éxito.
El problema es la madre
Toda esta situación vuelve muy complicada la realidad de Iñaki Urdangarin que, al día de hoy, tiene más problemas surgidos a raíz de su vínculo con Ainhoa Armentia que por las cosas que apunta sobre él Zarzuela y la familia de su exesposa, Cristina Urdangarin.Su madre, sin embargo, es el hueso más difícil de roer, y uno de los dolores de cabeza del presente.
Aparentemente su madre le habría pedido varias veces que dejara a Ainhoa Armentia y regresara junto a la infanta, para continuar viviendo como una familia. Y es que entre ella y Cristina existía una firme complicidad, que se ha ido alimentando con el paso del tiempo. La frustración de Ainhoa ante este panorama es evidente, pero no tiene mucho que hacer la actual novia de Urdangarin.