La emblemática actriz Victoria Abril ha alcanzado un nuevo hito en su vida y carrera al cumplir 65 años. Nacida en Madrid en el verano de 1959, Victoria Abril (cuyo verdadero nombre es Victoria Mérida Rojas) nunca soñó con ser actriz; su aspiración era brillar como bailarina. Sin embargo, un giro inesperado la llevó al cine, debutando a los 14 años en la película «Obsesión» en 1974. Desde entonces, ha dejado una huella imborrable en el mundo del cine, celebrando este año sus bodas de oro en la gran pantalla.
Inicialmente, Victoria buscaba trabajo como secretaria, instigada por su madre. Pero el destino tenía otros planes para ella, llevándola a un debut fortuito en el cine. Su popularidad creció rápidamente, en parte gracias a su participación como azafata en el programa de televisión «Un, dos, tres…». Con el tiempo, Victoria Abril se transformó en una actriz extraordinaria, con una filmografía extensa y variada. Actualmente, reside en París, ciudad que ha sido su hogar durante los últimos 45 años.
La trayectoria de Victoria Abril en el cine es notable. Entre sus películas más destacadas se encuentran «Cambio de sexo», «La muchacha de las bragas de oro», «Mater amatísima», «La colmena», «Camina o revienta», «Amantes», «Átame» y «Tacones lejanos». Fue una actriz fetiche del desaparecido director Vicente Aranda y trabajó en varias ocasiones con Pedro Almodóvar, aunque su relación profesional tuvo altibajos. Su colaboración con Jorge Sanz también fue notable, creando una química especial en la pantalla.
El temperamento dramático de Victoria Abril fue su mejor arma en el cine, combinando sensualidad e ironía. Fuera del set, siempre mostró una actitud desinhibida y a veces polémica, enfrentándose tanto a directores como a reporteros. Su carácter fuerte y decidido la hizo una figura difícil de entrevistar, pero siempre cautivadora.
A lo largo de su vida, Victoria Abril ha tenido tres grandes amores y es madre de dos hijos. Sin embargo, mantiene en secreto la identidad de su actual pareja, con quien ha compartido los últimos 25 años. Su vida amorosa ha sido un misterio, marcada por relaciones con figuras como el fotógrafo Gérard de Battista, con quien tuvo a sus hijos Martín y Félix. También estuvo vinculada al productor de cine Pierre Edelman y al enigmático Nicolás Omet.
En sus interpretaciones, Victoria Abril no ha tenido reparos en las escenas eróticas, siempre y cuando estuvieran bien acordadas con el director. Declaró en una ocasión: «Me niego a hacer una versión recatada de amor y sexo». Esta actitud abierta y valiente ha sido una constante en su carrera, tanto en el cine como en el teatro.
A pesar de su éxito y reconocimiento en Francia, Victoria Abril siente cierto resquemor hacia España. En una reciente entrevista con Pablo Motos en «El Hormiguero», afirmó: «Llevo veinticinco años con mi actual novio y ninguno de los dos tenemos ganas de casarnos». También mencionó su deseo de visitar más a menudo Madrid, donde aún posee una vivienda. Sin embargo, su experiencia en el país no siempre ha sido positiva, sintiéndose en ocasiones no querida.
Victoria Abril, vetada en los Goya
En 2016, Victoria expresó su descontento tras ser vetada en la entrega de los premios Goya. Este incidente reflejó la complicada relación de la actriz con la prensa y el público español. Su carácter fuerte y su comportamiento a veces controversial han generado tanto admiración como críticas. No obstante, su talento y dedicación a la actuación son innegables.
El próximo 31 de julio, Victoria Abril estrenará la tragedia «Medusa» en el Teatro Romano de Mérida, un proyecto que también llevará a otras ciudades del sur de España. Este nuevo desafío teatral es un testimonio de su continua pasión por la actuación y su deseo de seguir sorprendiendo al público.
A lo largo de sus 65 años, Victoria Abril ha demostrado ser una figura única en el panorama cinematográfico y teatral, dejando una marca imborrable con su talento y su carácter indomable. Su vida y carrera, llenas de giros inesperados y logros extraordinarios, continúan siendo fuente de inspiración y admiración en el mundo del espectáculo.