La Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, dejó un legado impresionante no solo en términos de riqueza material, sino también en su impacto cultural como demuestra la casa de Eugenia Martínez de Irujo. Antes de su fallecimiento, la Duquesa aseguró que su testamento y el reparto de sus bienes estuvieran meticulosamente organizados. Sus seis hijos recibieron diversas partes de su patrimonio, incluyendo títulos nobiliarios, fincas, casas y valiosas obras de arte. Aunque inicialmente hubo tensiones públicas entre ellos, cada uno ahora recuerda a su madre con afecto y respeto, especialmente por la herencia cultural que les dejó.
El Palacio de Liria, una de las residencias más especiales para la Duquesa, ahora alberga exposiciones y continúa siendo un símbolo de su legado cultural. Es en los alrededores de este majestuoso inmueble donde Eugenia Martínez de Irujo, su única hija, posee una espectacular casa.
Eugenia Martínez de Irujo, considerada una de las hijas favoritas de la Duquesa de Alba, probablemente debido a ser la única mujer, siempre mantuvo una relación estrecha con su madre. Cayetana y Eugenia compartían una conexión especial, visible en la cercanía y la profunda tristeza que mostró Eugenia tras la muerte de su madre. Aunque ha tenido diferencias públicas con su hermano Cayetano Martínez de Irujo, Eugenia generalmente mantiene un perfil discreto, apareciendo solo en eventos sociales de alto nivel.
A pesar de sus raíces sevillanas, Eugenia Martínez de Irujo vive en Madrid, una ciudad que también es el centro de actividades profesionales de su esposo, Narcís Rebollo. La Duquesa de Montoro posee una impresionante casa cerca de la Gran Vía, uno de los ejes más transitados de la capital. Esta ubicación privilegiada, junto con las impresionantes vistas al Palacio de Liria, añade un gran valor a la propiedad.
La casa de Eugenia Martínez de Irujo no solo destaca por su ubicación y vistas, sino también por su diseño interior y comodidades. Una terraza espectacular, con suelo de madera y varias plantas, proporciona un oasis verde en medio de la ciudad. La vivienda ha sido completamente reformada, con espacios abiertos que incluyen una cocina integrada al salón y al comedor, decorados en tonos claros y con toques de inspiración ibicenca.
El interior de la casa refleja la pasión de Eugenia por el arte, una afición heredada de su madre. Obras de arte adornan las paredes, complementadas por flores y plantas naturales que aportan frescura a diferentes espacios como el salón y el comedor. La zona de la chimenea, transformada por Eugenia con velas en lugar de fuego, destaca por su originalidad y estilo.
El refugio familiar de Eugenia Martínez de Irujo
La casa de Eugenia Martínez de Irujo no solo es un refugio familiar, sino también un lugar de encuentro para amigos y familiares. Reuniones y fiestas íntimas se celebran aquí, donde figuras conocidas no solo de España, sino de todo el mundo, son habituales. Su hija Tana, también frecuenta la casa, acompañada de amigos como Victoria Federica y Tomás Páramo.
La relación de Eugenia y Narcís Rebollo comenzó hace casi una década y culminó en una divertida boda en Las Vegas. Juntos, han construido una vida llena de eventos sociales y encuentros con la élite global. A pesar de los desafíos y diferencias familiares, Eugenia sigue siendo una figura notable en la sociedad, honrando el legado de su madre mientras vive su propia vida con distinción y estilo.
La herencia de la Duquesa de Alba no solo se mide en riquezas materiales, sino en el impacto cultural y el legado artístico que dejó. Eugenia Martínez de Irujo, con su impresionante casa en Madrid, encarna esta herencia, combinando su amor por el arte y la naturaleza con una vida social activa y vibrante. Así, la memoria de Cayetana Fitz-James Stuart perdura en sus hijos, especialmente en Eugenia, quien mantiene viva la esencia de su madre en cada rincón de su hogar.