Felipe VI emocionado al escuchar a sus hijas
Felipe VI no se esperaba la reacción de sus hijas: la infanta Sofia y la princesa Leonor caminaron cómplices por el salón repleto de invitados y esperaron a que todos guarden silencio, se trataba de la celebración en homenaje a los 10 años de reinado, las hijas de los reyes quisieron agradecer a sus padres los años dedicados al pueblo de España, dicho así suena muy rimbombante, pero solo hay que ver la enorme mesa donde se sentaban los invitados y el gran salón para darnos cuenta de lo alejada que está la monarquía de los ciudadanos.
La reina Letizia empieza a tocar el vaso con un cubierto y el tintineo anuncia que alguien va a hablar, algo inesperado que nadie pensaba que se le ocurriría en un momento así, pero suponemos que es lo habitual entre la alta sociedad, nada de pegar una voz y pedir silencio, mejor coger un tenedor y dar golpecitos en una copa que costará más que lo que gana el camarero que les sirve.
Felipe VI parece muy sorprendido al escuchar a sus hijas
La diferencia entre las reacciones de los reyes ha sido evidente: mientras el rey enmudece y se le llenan los ojos de lágrimas, Letizia observa a sus hijas esperando que no cometan ningún error y lo hagan todo tal y como estaba ensayado, parece que ella sí conocía lo que iba a suceder porque no estaba sorprendida.
Felipe VI no daba crédito a lo que estaba sucediendo, lo que más le emocionó fue cuando Sofía comenzó diciendo: papá, mamá, esa cercanía seguramente fue el detonante para que el rey se olvidara del protocolo y no pudiera aguantar la emoción, en ese momento todos los invitados estaban sorprendidos al ver a las dos hijas del rey leyendo el pequeño discurso en un teléfono móvil.
Felipe VI y la continuidad de la Corona
La princesa Leonor es la que hace el discurso más largo y asegura que su padre les han enseñado la importancia de la corona y de servir a los ciudadanos, unas palabras que sospechamos que no se le han ocurrido a ella, ese gesto viniendo de la heredera al trono es una forma de decirnos a todos que ella está encantada con el destino que le ha correspondido en la vida.
Felipe VI y la emoción de un padre que llevaba muchos meses separado de sus hijas que ha estado ocupadas con sus estudios y en el caso de la princesa Leonor, con la formación en la Academia Militar de Zaragoza, mientras el monarca derramaba algunas lágrimas, la reina Letizia ni ha mirado a su marido y ha estado atenta a las reacciones de los demás comensales y al comportamiento de sus hijas, la complicidad entre ellos ha brillado por su ausencia.