El torero Enrique Ponce ha vuelto a Madrid después de sus compromisos profesionales en el mundo del toro, pero esta vez lo ha hecho sin su pareja, Ana Soria. A pesar de la presencia constante de rumores sobre una posible boda, Ponce ha preferido mantener la discreción sobre el paradero de su pareja, confirmando solo que todo ha ido «muy bien» en las últimas semanas.
Un regreso con un silencio significativo
Ponce aterrizó en Madrid acompañado de su suegro, Federico Soria, con quien se mostró cercano y tranquilo. Esta relación cercana entre el diestro y el padre de Ana Soria ya había sido comentada por la propia Ana en su entrevista en «El Hormiguero» hace varios meses.
El silencio de Ponce sobre el paradero de Ana Soria, junto a su regreso sin ella, ha generado nuevas especulaciones sobre la posible fecha de la boda. Algunos medios apuntan a que la pareja estaría esperando el momento adecuado para anunciar formalmente sus planes de boda, mientras que otros sugieren que la ausencia de Ana Soria en este viaje podría ser simplemente una cuestión de agenda.
Un torero en plena forma
La vuelta de Enrique Ponce a los ruedos ha sido un éxito. El diestro ha demostrado estar en plena forma, recibiendo el cariño del público en cada plaza y consiguiendo incluso el indulto de un toro en la plaza de Istres (Francia).
Ponce ha retomado su carrera con la misma pasión de siempre, dejando claro que su compromiso con el mundo del toro sigue intacto. Su regreso a España ha generado una gran expectación, y los aficionados al toreo esperan con ansias nuevas noticias sobre su futuro profesional.
Un misterio que continúa
El regreso de Enrique Ponce a Madrid sin Ana Soria ha dejado a muchos con la intriga. La ausencia de la joven, junto a los rumores de boda que persisten, ha alimentado la especulación sobre el estado actual de la relación.
Mientras Ponce se concentra en su carrera taurina, la pregunta sobre su futuro con Ana Soria sigue en el aire. Solo el tiempo dirá si los rumores de boda se confirman o si la pareja decide mantener su relación en la intimidad, lejos del escrutinio público.