Un día después de emitir un comunicado conjunto con Gabriela Guillén asumiendo la paternidad del hijo de la modelo, Bertín Osborne ha reaparecido públicamente en la localidad madrileña de San Agustín de Guadalix, donde estaba previsto que este jueves diese un concierto en la plaza de toros.
Un concierto marcado por problemas técnicos y una escasa asistencia
A pesar de la expectación mediática que ha rodeado esta vuelta a los escenarios -ya que desde que se contagió de Covid a principios de enero sus apariciones han sido contadas-, nada ha salido como había imaginado. Y eso que ha comenzado a las mil maravillas, con el cantante atendiendo amablemente a la prensa, confirmando que el niño de Gabriela es suyo, que su relación con la paraguaya es cordial y dejando la puerta abierta a conocer al pequeño en un futuro.
Sin embargo, a medida que avanzaba la tarde, las cosas se han ido torciendo. La escasez de público presente en el concierto ha sido evidente, con el tendido de la plaza de toros prácticamente vacío a pesar de que el artista suele abarrotar los recintos en los que canta. Bertín se ha visto obligado a suspender el show por motivos técnicos, ya que ha habido problemas con la iluminación.
«Hola a todos, llevo 43 años encima de un escenario y es la primera vez que me pasa esto. Aquí hay tres bombillas y esto es un montaje profesional y con el humo y las luces esto se ve muy bonito. Y aquí hay 14 músicos que tienen que leer partituras, y no puedo hacerlo porque esto es una cagada«, se ha disculpado visiblemente afectado con el público, prometiendo que cuando se solucionen los problemas técnicos, volverá a San Agustín de Guadalix para cantar.
Aunque el concierto no se ha podido celebrar entero, Bertín ha querido aprovechar las últimas horas de luz del día para cantar algunos de sus grandes éxitos y no irse con tan mal sabor de boca del lugar. Ante un público escaso, y a pocos metros del escenario, ha entonado canciones como ‘My way’ o ‘Échame la culpa de lo que te pase’ antes de abandonar el lugar en un coche con los cristales tintados, saludando a la prensa pero sin hacer declaraciones sobre su decisión de asumir la paternidad del hijo de Gabriela y sin aclarar si se ha sometido a las pruebas de ADN o no antes de llegar a un acuerdo con la venezolana.