Isabel Pantoja debería de estar por las nubes. Decimos debería porque, aunque a ella las cosas no le terminen de ir rodadas, a su familia parece que si. De hecho, ella debería de estar alegrándose por todas las cosas buenas que están sucediendo a su alrededor. Sin embargo, ella prefiere vivir refugiada, en la más absoluta soledad, mientras su familia celebra lo que va consiguiendo en su vida.
1Isabel Pantoja, refugiada en Cantora
Ella ha encontrado en la finca que más ha dado que hablar de este país, Cantora, su castillo. Una fortaleza que los focos de la prensa son incapaces de sobrepasar, y en la que intenta vivir ajena a todo lo que sucede a su alrededor. Una finca que se ha convertido, prácticamente, en su universo. Rara vez la vemos salir de ella, y si lo hace, es tan solo por unas pocas horas.
En Cantora no vive sola. En la finca cuenta con el cariño y el apoyo de su hermano Agustín y de su madre Doña Ana. Allí, los tres intentan evadirse de los titulares que, día si día también, protagoniza la tonadillera, ya sea de manera directa o indirecta. Y, para ello, cuentan con un aliado muy especial.