Desde que la agenda real se encontrará despejada esta Semana Santa para que la Familia Real pudiera disfrutar de sus »vacaciones privadas», muchos esperaban con ansia que se produjera la famosa aparición en la Misa de Pascua. Este acontecimiento tiene lugar cada año, y asisten, como cada año, los reyes de España, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Asimismo, los Reyes eméritos también suelen acudir a esta cita.
El foco de la prensa suele centrarse en la reina Leticia y el atuendo elegido para esta ocasión. También, suelen tender a focalizar su atención sobre los diversos personajes de la Familia Real que aparecen en esta misa, pues se han ido reduciendo poco a poco. Pero sin duda, esta vez las tornas han cambiado. Desde hace un tiempo el verdadero foco son las herederas del trono.
La princesa Leonor y la infanta Sofía acaparan todas las miradas
Como viene siendo habitual, desde primera hora de la mañana, muchos curiosos empezaban a concentrarse alrededor de las puertas de la Catedral, con un objetivo muy claro: Poder ver de cerca a la Familia Real.
La expectación a medida que pasaban las horas iba creciendo exponencialmente, lo que provocaba que la pequeña multitud fuera cobrando más fuerza. Esto acabó desembocando en cientos de ojos curiosos, deseosos de ver a los miembros de la Familia Real.
Con la llegada del coche de la Familia Real, los murmullos de expectación fueron creciendo rápidamente. Lo primero que se pudo ver a través de la ventanilla del coche fue el rostro de la infanta Sofía, que contemplaba expectante a la multitud, al igual que su hermana mayor, la princesa Leonor.
La princesa Leonor y la infanta Sofía ahora, en forma, de puzzle.
Nada más bajarse del automóvil, la princesa Leonor y la infanta Sofía se volvieron protagonistas indiscutibles de esta misa. Desde hace unos meses, las pequeñas herederas, sobre todo la pequeña Sofía, se han convertido en dos personajes muy queridos y apreciados por el pueblo español.
Tal vez, el motivo de ello es la cercanía que parecen mostrar con el pueblo. Y es, sin duda, lo que las ha convertido en los verdaderos focos de los medios. Tomando el ejemplo de sus padres, las pequeñas también se acercaron a saludar y recoger algunos pequeños presentes que la multitud les había regalado. Un ejemplo de ello fue el obsequio que cogió con mucha alegría Sofía, el cual era puzzle con la cara de la princesa Leonor y su hermana, que pronto se convirtió en el objeto de las cámaras.
Sin duda, estos gestos por parte de las pequeñas de la Casa Real ha conllevado que el cariño del pueblo siga creciendo de manera continuada. Un afecto que parece que se va a quedar durante mucho tiempo.