En una jornada cargada de emociones y orgullo, Ramón García y Patricia Cerezo se reunieron para celebrar uno de los hitos más importantes en la vida de su hija, Verónica. La joven, de 17 años, concluyó con éxito sus estudios en el prestigioso British Council School de Madrid, una etapa que sus padres no podían dejar de celebrar a pesar de su separación. La ceremonia de graduación se convirtió en un evento inolvidable para la familia, reflejando el esfuerzo y la dedicación de Verónica a lo largo de sus años de formación académica.
Patricia Cerezo, periodista y madre de Verónica, compartió sus sentimientos en redes sociales antes del acto. «Hoy es un día muy especial. Tengo una mezcla de sensaciones: alegría, orgullo, emoción, nostalgia, ilusión… Felicidades, Verónica. Hoy celebras tu graduación y estoy segura de que va a ser un día inolvidable«, escribió. La publicación reflejaba la profunda emoción y el orgullo que siente por su hija. «Terminas una etapa de tu vida importantísima en la que durante estos 15 años te has ido formando académica y personalmente hasta convertirte en lo que eres ahora, una persona maravillosa, responsable, divertida, brillante, exigente contigo misma, muy amiga de tus amigos y la mejor hija del mundo», añadió Patricia.
Ramón García, reconocido presentador de televisión, también estuvo presente en la ceremonia, demostrando el apoyo incondicional hacia su hija. A pesar de su separación, La Separación Amistosa de Ramón y Patricia y Patricia han mantenido una relación cordial y respetuosa, como lo evidenció su presencia conjunta en la graduación de Verónica. Este evento subraya la importancia que ambos padres otorgan al bienestar y éxito de sus hijas, dejando de lado cualquier diferencia personal en favor de la unidad familiar.
La separación de Ramón García y Patricia
La separación de Ramón García y Patricia Cerezo se hizo pública en julio de 2021, aunque la ruptura se había producido mucho antes. Ambos han manejado la situación con gran discreción y madurez. «Es una separación amable entre dos personas que se siguen queriendo mucho. Tenemos desde hace tiempo la sentencia de divorcio. Lo hemos llevado con mucha discreción. Nos ha llamado la atención que la noticia saltara ahora», expresaron en su momento a la revista ¡HOLA!. Esta actitud de respeto mutuo ha sido un factor clave para mantener la estabilidad emocional de sus hijas durante el proceso.
Actualmente, Patricia Cerezo ha encontrado el amor nuevamente. A sus 52 años, celebra tres años de relación con Kiko Gámez, director global de e-commerce, marketing y tecnología en el grupo Telefónica. Esta nueva etapa en la vida de Patricia ha sido marcada por la felicidad y el apoyo incondicional de su pareja, quien ha sido un pilar fundamental en su vida personal y profesional.
Por su parte, Ramón García, a sus 62 años, se mantiene soltero y enfocado en su trabajo y en el cuidado de sus hijas. En una entrevista con Plano General, de La 2, Ramón García comentó: «Soy un hombre que invierte mucho tiempo en mi trabajo y en mis hijas». A pesar de su humor característico, Ramón ha mencionado que el amor llegará en su debido momento: «Salgo con los amigos, me voy a Bilbao con la cuadrilla… pero ligo menos que los gases nobles, es una cosa terrible», afirmó. Esta etapa de su vida está marcada por la satisfacción de ver a sus hijas crecer y prosperar, manteniendo siempre una actitud positiva y abierta hacia el futuro.
Con la graduación del British Council School, Verónica se prepara para una nueva etapa en su vida: la universidad. Sus padres, tanto Ramón García como Patricia, han expresado su orgullo y confianza en que Verónica seguirá destacándose en sus estudios superiores. La joven ha demostrado ser una persona responsable, brillante y comprometida, cualidades que sin duda la acompañarán en su camino académico y personal.
La graduación de Verónica García Cerezo no solo marcó el fin de una etapa educativa, sino también un momento de unión y celebración familiar. A pesar de la separación, Ramón García y Patricia han sabido mantener una relación basada en el respeto y el cariño por sus hijas, demostrando que el amor y el apoyo parental trascienden cualquier adversidad. Este día quedará en la memoria de la familia como un testimonio de esfuerzo, dedicación y, sobre todo, de amor incondicional.