En el vasto universo de la moda y la elegancia, el Rey Felipe VI de España se destaca como uno de los caballeros mejor vestidos del mundo. Con su impecable sentido del estilo, ha logrado eclipsar incluso al siempre elegante Rey Carlos III de Inglaterra en diversas ocasiones. Este logro, sin embargo, no es fruto del azar, sino de una meticulosa atención a los detalles y una larga historia de colaboración con algunos de los mejores sastres de España.
Durante años, Jaime Gallo fue el artífice detrás de muchos de los trajes que Felipe VI lució en eventos oficiales y apariciones públicas. Gallo, fallecido en 2015, dejó un legado que perdura a través de sus creaciones, como el traje que el monarca español llevaba puesto mientras presenciaba un partido de Carlos Alcaraz en Wimbledon el año pasado. Aunque la tienda de Gallo cerró sus puertas hace dos años, su influencia en el vestuario real sigue siendo palpable.
Actualmente, se dice que el Rey se viste en Sastrería Serna, una renombrada tienda especializada en sastrería militar. Este establecimiento fue responsable de confeccionar el uniforme de Gran Etiqueta del Ejército de Tierra que Felipe VI lució el día de su boda con Doña Letizia, el 22 de mayo de 2004. Esta sastrería también diseñó el traje blanco que la Princesa Leonor vistió el día de su mayoría de edad en las Cortes Españolas, un atuendo que encantó a la nación y mostró el continuado legado de elegancia en la familia real.
Una de las particularidades del estilo de Felipe VI es su atención a los relojes, un gusto heredado de su padre, Don Juan Carlos. La escritora Pilar Eyre revela que el Rey solicita que el largo de las mangas de sus chaquetas sea ajustado a la medida perfecta para lucir bien sus relojes. Lleva el reloj en la mano derecha, y la manga se la hacen un poco más corta de lo habitual para que este accesorio destaque, un detalle minucioso que demuestra su meticulosa atención al estilo personal.
La relación de Felipe VI con Jaime Gallo fue más que profesional; fue una amistad que trascendió los límites del taller de sastrería. Tras la muerte de Gallo, el Rey asistió al tanatorio para despedir a quien fue su sastre de confianza durante décadas. Jaime Gallo, conocido por su discreción, vistió no solo a la realeza sino también a ejecutivos de grandes empresas y famosos toreros como Miguel Abellán y Enrique Ponce, manteniendo siempre la confidencialidad de sus clientes.
El Rey Felipe no solo destaca en su vestimenta formal. Incluso cuando opta por un estilo más casual, su elegancia permanece intacta. Recientemente, se le vio luciendo una chaqueta cruzada, una pieza de última moda en la vestimenta masculina que le sentaba como un guante, mostrando su capacidad para adaptarse a las tendencias contemporáneas sin perder su distintivo toque de sofisticación.
Felipe VI y Letizia
En esta oda a la elegancia real, no podemos dejar de mencionar a la Reina Letizia, quien también es un icono de estilo internacional. Asesorada por Luz Valero, su peluquera desde hace años, y por Eva Fernández, su estilista, la Reina se ha convertido en una referencia de moda. Conocida por su valentía a la hora de elegir sus atuendos, Letizia no teme arriesgar con sus modelos en actos oficiales, ya sea con elegantes vestidos o innovadores tocados y sombreros. Su estilo no solo es admirado sino también seguido por muchos alrededor del mundo.
La Reina Letizia ha demostrado ser igualmente práctica y sensible a las necesidades de su salud, como se vio recientemente cuando usó zapatillas deportivas para aliviar las dolencias causadas por una fractura en una falange del pie. Esta combinación de estilo y funcionalidad refleja una modernidad y pragmatismo que complementan la imagen de la monarquía española.
La colaboración entre Felipe VI y sus asesores de moda, tanto actuales como pasados, revela una profunda comprensión de la importancia de la imagen en la esfera pública. La elegancia de Felipe VI no es solo una cuestión de apariencia, sino una manifestación de su respeto por las tradiciones y su dedicación a representar dignamente a España en cada una de sus apariciones.
Felipe VI no solo es un monarca dedicado a sus deberes reales, sino también un embajador de la moda y la elegancia. Su meticulosa atención a los detalles y su colaboración con destacados profesionales de la sastrería han cimentado su lugar como uno de los reyes mejor vestidos del mundo, un legado que seguramente continuará inspirando a futuras generaciones.