El pasado martes 21 de mayo la Princesa Leonor ha sido la protagonista de una jornada histórica en Zaragoza. Con nueve meses de estancia en tierras aragonesas, donde completa su formación castrense en la Academia General Militar de Zaragoza, tanto la ciudad como la comunidad de Aragón le han rendido un homenaje por todo lo alto, entregándole varias condecoraciones. Han sido exactamente tres los honores con los que le han rendido tributo: la Medalla de las Cortes de Aragón, el título de Hija Adoptiva de Zaragoza y la Medalla de Aragón.
«Ya empiezo a echaros de menos», reconoció la Princesa Leonor en su emotivo discurso en Zaragoza. Este martes ha sido un día grande e inolvidable para la Princesa, quien sin la protección de sus padres, que no asistieron a ninguno de los actos programados, cautivó la atención de todos al pronunciar su discurso. En él, se abrió de una manera que pocas veces habíamos visto, hablando abiertamente sobre sus sentimientos y experiencias en la Academia General Militar.
«Les puedo decir que lo que he vivido aquí supera con creces lo que pensaba hace diez meses. En Zaragoza, en Aragón, me he sentido en casa, acogida y acompañada en una tierra que siempre formará parte de mi vida. Quedan solo cinco semanas para que me vaya, para que reciba mi despacho de alférez, y ya empiezo a echaros de menos», destacó la Princesa. Pocas palabras le bastaron para enternecer a todos los asistentes, que quedaron impresionados por su sinceridad y elocuencia.
El lado más humano de Leonor
El primero de los reconocimientos que recibió la hija mayor de los Reyes Felipe y Letizia fue la Medalla de las Cortes de Aragón. Este tributo le fue entregado a las 10:30 en el Palacio de la Aljafería, donde apareció ataviada con su traje militar, a pesar de que se trataba de un acto civil. En un guiño a su padre, eligió el uniforme en lugar de un atuendo casual, demostrando así su compromiso y respeto por la institución militar y la herencia familiar.
Además de la Medalla de las Cortes de Aragón, Leonor fue honrada con el título de Hija Adoptiva de Zaragoza y la Medalla de Aragón, en reconocimiento a su dedicación y esfuerzo durante su formación en la Academia General Militar.
En su discurso, la Princesa Leonor reflexionó sobre su tiempo en la Academia, destacando la importancia de la formación integral que ha recibido. «No solo me he formado como cadete, sino que descubrir la exigencia académica e intelectual, física y técnica que eso significa, me hace apreciar aún más al Ejército de Tierra y a nuestras Fuerzas Armadas», expresó. «Aquí he conocido a jóvenes de mi generación y he convivido con ellos. Les aseguro que lo que vivimos mientras nos formamos en la Academia nos une para siempre y nos hace madurar y crecer gracias al compañerismo, a la guía de mandos y profesores y a todas las personas de la Academia que nos impulsan para seguir avanzando y mejorando».
La princesa: nerviosa, emocionada y encantada
Leonor no ocultó sus nervios ni su emoción al leer un mensaje cargado de guiños a sus compañeros de academia y lleno de cariño hacia ellos. «Aquí hemos jurado bandera, aquí hemos superado momentos que requerían esfuerzo y un gran trabajo de equipo, aquí hemos disfrutado y sufrido juntos y, sobre todo, aquí hemos aprendido mucho», añadió.
La Heredera al Trono continuó su conmovedor discurso expresando su gratitud por la experiencia vivida en Zaragoza. «Estoy muy agradecida por lo que he vivido aquí durante este tiempo, por todo lo que me ha dado esta ciudad», afirmó. También tuvo tiempo de recordar a su padre, el Rey Felipe VI: «Es un día especial porque el cariño de muchísimas personas de esta tierra queda reflejado en los reconocimientos con los que me distinguís: el título de hija adoptiva de Zaragoza, la Medalla de las Cortes y la Medalla de Aragón. Mi padre lo vivió de un modo parecido hace casi 40 años y en estos días hemos hablado mucho de ello. Seguir sus pasos significa mucho para mí».
La visita de la Princesa Leonor y los homenajes recibidos no solo han sido un evento significativo para ella, sino también para la comunidad de Aragón. La presencia de la Princesa ha sido una fuente de orgullo para los ciudadanos, que han visto en ella un ejemplo de dedicación y compromiso. Su discurso, lleno de emociones y reflexiones personales, ha resonado profundamente entre los asistentes y ha destacado la importancia de la formación y el compañerismo en el ámbito militar.
El lado más desconocido de la Princesa Leonor ha salido a la luz en Zaragoza, sorprendiendo y conmoviendo a todos los que han sido testigos de su discurso y de los homenajes recibidos. Su estancia en la Academia General Militar ha sido una experiencia transformadora, no solo en términos de formación académica y militar, sino también en su desarrollo personal y emocional. La relación que ha forjado con Zaragoza y Aragón es un testimonio de su capacidad para conectar con las personas y de su compromiso con su papel como futura reina. La jornada histórica de este 21 de mayo quedará grabada en la memoria de todos, marcando un hito en el camino de la Princesa Leonor hacia el trono.