Desde su salida de la Familia Real británica, Harry y Meghan han estado en el centro de múltiples controversias y rumores que han erosionado su imagen pública. Recientemente, surgió el rumor de que el duque de Sussex habría solicitado un préstamo a su padre, el rey Carlos III, con la promesa de retomar sus deberes reales mientras el monarca enfrenta tratamientos contra el cáncer. Sin embargo, detrás de esta solicitud de fondos podría esconderse un motivo sorprendente: el desbocado ritmo de vida exigido por Meghan Markle.
La pareja decidió abandonar la casa real británica y establecerse en Estados Unidos, de donde es originaria Meghan, pero su huida de la prensa y del estilo de vida real no ha acabado como esperaban y ahora llegan los problemas económicos fruto de su nivel de vida.
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En medio del esplendor y la opulencia que solían caracterizar la vida de Harry y Meghan, parece que el panorama financiero de la pareja real ha dado un giro inesperado. La pérdida del contrato millonario con Spotify, valorado en aproximadamente 20 millones de dólares, ha dejado a Meghan Markle en estado de alerta por las finanzas familiares.
Según informes, Harry y Meghan no cumplieron con los requisitos de producción necesarios para recibir el pago completo, lo que llevó a la cancelación del contrato y a ser tildados de «estafadores» por un ejecutivo de la plataforma. Es por esto que, según un informante citado por ‘Closer Magazine’, la ex actriz de ‘Suits’ está «muy preocupada por el dinero, y debería estarlo, porque lo están gastando a manos llenas, pero no obtienen lo que esperaban. Han desperdiciado mucho dinero muy rápidamente y no están para nada en la buena posición en la que alguna vez estuvieron”.
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Esto se debe a que los gastos extravagantes de la pareja han sobrepasado con creces sus ingresos, sumiéndolos en dificultades financieras en los últimos años. La más reciente declaración de impuestos de su fundación ‘Archewell’ reveló una caída significativa en las donaciones, pasando de 13 millones de dólares en 2021 a apenas dos millones en 2022. Además, se informó de una pérdida patrimonial de aproximadamente 675.000 dólares, ya que sus gastos superaron sus ingresos el año pasado, y la tendencia continuó en declive en 2023.
La situación se ha agravado aún más con la notificación del Departamento de Justicia de California que cataloga a ‘Archewell’ como «delincuente» por no presentar informes anuales ni pagar cuotas obligatorias. La fundación Archewell ha sido clasificada como «morosa» en el registro de organizaciones benéficas y de recaudación de fondos por no presentar su informe anual y sus tarifas de registro.
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Los actos benéficos de Harry y Meghan
El fiscal general de California, Rob Bonta, ha emitido una advertencia, indicando que la organización no puede participar en actividades que requieran registro, como la recaudación o distribución de fondos benéficos, hasta que presente la documentación necesaria. Si no cumplen, podrían enfrentar sanciones y perder su inscripción en el Registro. Aunque la directiva de la fundación ha intentado justificar esta situación, la falta de transparencia y la confusión generada han aumentado las sospechas sobre la gestión financiera de Harry y Meghan.
Desde su salida de la Familia real, Harry y Meghan han perdido privilegios y títulos que les proporcionaban ingresos y estatus. Ya no reciben fondos públicos ni representan a la monarquía en compromisos oficiales. Ante esta situación, se especula que la solicitud de préstamo de Harry a su padre y su intención de retomar sus responsabilidades reales podrían estar motivados por el deseo de recuperar estos privilegios para financiar el lujoso estilo de vida de Meghan Markle.
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