De un tiempo a esta parte ha habido un cambio significativo en la Familia Real. Es innegable. Y este pasa por la normalización de las visitas de Don Juan Carlos a España, en las que cada vez es más habitual verle junto a los Reyes Felipe y Letizia tras varios años en los que al parecer no habrían coincidido ni en público ni tampoco en privado.
Tras sus recientes encuentros en la fiesta del 60º cumpleaños de la infanta Elena en diciembre, y en el funeral en memoria de Constantino de Grecia celebrado en Londres en febrero, el Emérito, su hijo y su nuera han vuelto a demostrar su buena sintonía en el funeral en memoria del hijo menor de la infanta Pilar, Fernando Gómez-Acebo, que ha tenido lugar este lunes en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas en Madrid.
Sin embargo, y a pesar de esta unión familiar, el Rey Juan Carlos sigue teniendo algo ‘vetado’: dormir en el Palacio de La Zarzuela. Algo que el monarca comprende perfectamente y que no ha impedido que haya ido de visita al que fue su hogar durante 40 años en varias ocasiones en esta nueva visita a España que comenzó el pasado viernes y terminó el lunes, nada más asistir a la misa en honor a su sobrino.
La última, horas antes de abandonar nuestro país. Horas antes del funeral, el Emérito se reunió con su familia para un almuerzo de despedida en la residencia oficial de la Familia Real. En primer lugar llegaba Don Juan Carlos a palacio de lo más sonriente. Minutos después era la infanta Elena la que hacía su aparición al volante de su propio coche, seguida de una furgoneta negra en la que iban sus hijos, Froilán y Victoria Federica.
En el interior les esperaban la Reina Sofía y la infanta Cristina, que suele alojarse con su madre cada vez que viaja a Madrid. No podemos confirmar si a la comida familiar de despedida al Emérito se unieron los Reyes Felipe y Letizia, pero lo cierto es que su agenda estaba despejada de actos y en esos momentos se encontraban en Zarzuela.
Un adiós muy especial para don Juan Carlos, que al finalizar el funeral de Fernando Gómez-Acebo se dirigía directamente a la terminal ejecutiva del aeropuerto de Barajas para poner rumbo a Ginebra -primer destino antes de regresar a su residencia de Abu Dabi– en el avión privado que suele usar en sus viajes a nuestro país, cada vez más habituales.