A los padres de Irene Rosales nunca les ha gustado Kiko Rivera para yerno. Y no precisamente por su aspecto, sino por su comportamiento. Ellos, como media España, están al tanto de la vida sentimental del DJ, que no parece ser hombre de una sola mujer, como han revelado los testimonios de las mujeres de una noche que han pasado por la vida de Kiko mientras estaba ennoviado.
Testigos directos del dolor de Irene al saberse engañada por Rivera han sido sus padres. Ambos han enjugado sus lágrimas y la han animado cuando estaba tocada y hundida por las traiciones de su novio. Se trata de un padre y una madre que entienden las relaciones sentimentales como cosa de dos. Más gente en medio de la pareja, está de más para ellos.
Lo cierto es que han sido varias las ocasiones en que el patriarca de la familia Rosales le ha mostrado a su hija el descontento que sentía ante su noviazgo con Kiko. Le advirtió de lo que se le venía encima en cuanto empezaron a aparecer señoritas que decían haber intimado con el DJ mientras su chica le esperaba en casa.
Aunque Irene siempre se ha mantenido al margen de las polémicas que afectan a su matrimonio, en privado ha derramado lágrimas de sangre
De puertas para afuera, Irene jamás ha querido pronunciarse sobre los escarceos de su chico. Es más, siempre ha dado señales de que no creía nada de lo que sobre él contaban. Sin embargo, la procesión iba por dentro, según ha comentado a Cotilleo.es una fuente directa: «Ha derramado lágrimas de sangre».
Lo cierto es que Irene ha tenido que ver y escuchar como varias mujeres decían haber intimado con el DJ. Entre otras, la exuberante Lorena de Sousa, Carmen González o la ex tronista de MYHYV Silvia Sicilia. En relación a Lorena, cuentan que la hoy esposa de Kiko Rivera creyó su testimonio por una serie de detalles que aportó. Eso provocó una monumental pelea entre la pareja. Estuvieron al borde de la separación. Sin embargo, en vez de cortar, decidieron ser padres. En diciembre del año pasado nació Ana, que se llama así en honor a la abuela materna de Kiko, a quien siempre ha estado muy unido.
No es cuestión baladí que el padre de Irene no la haya llevado del brazo al altar. En una conversación que se ha hecho pública, el caballero dejaba claro que le hubiera gustado otra clase de hombre para su hija. ¿Tan mal estaba el señor Rosales para no acudir al enlace? ¿Es cierta la versión que dice que prefirió ausentarse el día de la boda para no ser testigo directo del error que iba a cometer Irene?
Y mientras los padres de Irene no han sido felices ni comido perdices con que su niña se haya convertido en señora de Rivera, Isabel Pantoja es todo alegría. Está convencida de que su nuera es la mujer ideal para que su hijo siente la cabeza de una vez. Difícil dirimir la cuestión. Cada uno es como es y la cabra tira al monte.