El mundo del fútbol está de luto. Manuel Ruiz de Lopera, expresidente del Betis durante una década, fallecía este domingo en su domicilio de Sevilla a los 79 años a consecuencia de unos problemas digestivos derivados de una diverticulitis por la que había estado ingresado en varias ocasiones en los últimos meses.
Como no podía ser de otra manera, Joaquín Sánchez y el presidente del club verdiblanco, Ángel Haro García, han asistido al tanatorio para dar el pésame a la familia del empresario y transmitir el cariño y el apoyo incondicional del equipo de sus amores en este durísimo trance.
A pesar de que en su día protagonizó varios enfrentamientos con Lopera, el mítico exjugador -que un año después de su retirada ejerce como embajador del Betis- se ha dejado ver muy emocionado ya que, como ha confesado, la muerte del que fuera su presidente le ha recordado a la de su padre, que fallecía el pasado 7 de febrero dejándole completamente desolado.
«Es un día difícil para los béticos. Siempre es triste perder a un amigo y una persona que has podido coincidir en tantos momentos que fue presidente mío en mi primera etapa. Es un día triste y bueno, poco menos estar aquí hoy presente con la familia, ha sido una persona que dentro del Betis se le recordará toda la vida» ha afirmado a su llegada a la capilla ardiente.
Como ha reconocido, a pesar de los tiras y aflojas que tuvo con Lopera, lo único que queda en estos momentos es el cariño: «Yo tengo muchos defectos, pero no soy una persona rencorosa. Don Manuel creo que ha sido una persona muy importante en mi vida y como persona le tenía mucho cariño y es un día triste por eso, triste para mí y todos los que coincidimos en mi primera etapa en el Betis«.
«Me acuerdo mucho de mi padre, pues bueno* todos los recuerdos que se me vienen es junto a mi padre porque él le tenía mucho cariño y mi padre a él y se te vienen muchos momentos en la cabeza y muchas anécdotas bonitas que pude vivir con él y muchas historias que guardaré en mi corazón» ha confesado visiblemente emocionado.