First Dates y su programa con el concursante más polémico
First Dates comienza como cada día con la presentación de los concursantes, cada uno con sus gustos y sus presentaciones divertidas, pero nadie esperaba que el 21 de marzo, día mundial de la poesía, el programa presentara a un señor que dice perlas como: que no sea escorpio, nuestros astros eligen nuestro destino, o siempre he creído en la iglesia, viva el Papa.
Si todo esto no parecía suficiente, Eduardo se encuentra con Charo, que se sorprende al verlo y comenta que no es calvo y tiene buena planta, ya con esa aclaración, pensamos que no necesita mucho más en la vida que una buena presencia, lo que ella no sabe es que el concursante tiene una personalidad complicada, o tal vez demasiado básica y que sus comentarios no son demasiado educados ni propios del siglo XXI.
Eduardo y Charo parecen conectar durante los primeros minutos de la cita
First Dates no ha dado en el clavo con la elección de Eduardo, entre todas las perlas que es capaz de soltar por minuto, el participante no tiene reparos en dar su opinión sobre las mujeres, lo ha soltado con la misma naturalidad que si estuviese hablando de patatas, le gustan las mujeres silenciosas, que no monten mucho escándalo, dice sin despeinarse.
El concursante sigue dando rienda a su verborrea y para finalizar su serie de comentarios ofensivos y termina con la frase: si para algo sirven las mujeres, es para tener hijos y no es una visión machista. Lo más sorprendente de la cita, no son los comentarios del concursante ni la naturalidad con la que la sociedad acepta que se emitan estos diálogos, es la respuesta de Charo.
Llega la hora de saber si se irán juntos
Eduardo no quiere parecer lo que es, así que decide hacerle un regalo a Charo y así puede presumir de su profesión de artista y de su viaje a Nueva York y le regala lo que él llama una obra gráfica, por lo visto lo ha hecho en la ciudad de los rascacielos. La concursante se deshace en elogios para Eduardo, le parece todo un caballero.
First Dates llega al final y tenemos que descubrir si la pareja decide marcharse de la mano o por separado. Llegados a este punto, la lógica dice que Charo le da calabazas y él quiere recitarle el poema de Pablo Neruda: me gustas cuando callas, pero no, Eduardo no necesita otra cita, Charo sí, pero esperemos que la próxima vez que se encuentre con un señor así le diga que mejor que guarde silencio él.
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