Feliz por el momento personal que está viviendo en su vida, Irene Villa ha reconocido que para ella sería muy importante que su padre, Luis Alfonso Villa, le acompañase hasta el altar en esta segunda boda con David Serrato. En un estado de salud delicado tras sufrir una pancreatitis biliar aguda, Irene pide ante las cámaras que se recupere rápidamente para que pueda disfrutar de la boda.
«Papi, que no es tu hora, todavía no, que el cielo lo puede esperar» comentaba Irene Villa. «Tiene que venir a un acontecimiento tan importante como la comunión de mi sobrina, que es este año también y nuestra boda. Y la boda de mi hermana cuando se case, en fin, que vienen muchas cosas». A pesar del complicado momento que están viviendo, Irene reconoce que han tenido mucha suerte con el diagnóstico: «Dicen que ha tenido mucha suerte, no se puede quejar y hay que tener mucha paciencia. Una pancreatitis se cura, pero tarda meses». Agradecida por el trato que ha recibido su padre en el Hospital Gómez Ulloa, Irene recuerda como hace muchos años también la salvaron a ella: «Significa muchísimo para toda mi familia. Yo estuve siete meses allí y me cuidaron hace 32 años. El otro día un médico que estaba salvando a mi padre, también había estado salvándome a mí».
Feliz por el hombre que tiene a su lado y del que cada día está más enamorada, Irene asegura que para ella lo más importante son sus hijos y por ello está encantada con lo bien que han acogido a su futuro marido: «Prefieren dormir con él que conmigo, que se van a sus brazos antes que a los míos» y añade «Los hijos están siempre en el centro y es lo más importante, eso David lo sabe, son mi vida. David me pidió matrimonio un poco por eso, dice me has dado una familia».
Después de haber surgido algunas rencillas con Nuria Fergó, Irene se alegra de la boda de la cantante con su ex marido y padre de sus hijos: «Yo me alegro de que todo el mundo sea feliz y se case, la obligación de todo el mundo es ser feliz».