No puede más. En el punto de mira desde que el pasado verano se supo que esperaba un hijo con Bertín Osborne, y con varias cámaras a las puertas de su domicilio desde que el pequeño llegó al mundo el pasado 31 de diciembre, Gabriela Guillén ha dicho ¡basta!
El torrente de sentimientos que ha experimentado en los últimos días le habrían pasado factura; las declaraciones del cantante en la revista ¡Hola! dejando claro que no piensa ejercer de padre y la ausencia de una llamada por su parte para ver cómo está el bebé le han afectado profundamente.
Y esta mezcla de decepción e indignación con Bertín se unen a lo duros que están siendo sus primeros momentos como mamá. Todavía se está recuperando del parto -que fue muy complicado porque al bebé se le enrolló el cordón umbilical al cuello y se demayó- y como ella misma ha confesado, está «fatal» porque apenas duerme.
Sobrepasada, hace unos días llamaba a la Policía después de que los reporteros grabasen a su madre, pero viendo que esto no ha sido suficiente para vivir esta etapa sin presión mediática, ha dado un paso al frente y ha enviado un comunicado a la prensa advirtiendo que si no se respeta la intimidad de su progenitora y de su hijo, no dudará en tomar medidas legales.
El comunicado íntegro, a continuación:
«Desde el pasado 2 de enero de este año, tras darse a conocer la noticia de mi recién nacido, se han publicado muchos rumores y presuntas informaciones no contrastadas sobre mí y llevado a cabo un seguimiento exhaustivo de algunos medios y paparazzi a mi madre con intromisión en su vida personal y, por tanto, privada.
Ello nos ha obligado a alterar nuestra rutina diaria con el único fin de proteger a mi bebé y nuestra familia.
Siempre he respetado la actividad de los medios de comunicación y su derecho a la información, siendo plenamente consciente del papel fundamental que desempeñan en nuestra sociedad.
No obstante, en los últimos días se han producido injerencias que traspasan los límites de lo soportable y de la legalidad. Ante tales circunstancias, me veo en la precisión de hacer este comunicado rogándoles a todos el debido respeto para mi entorno familiar y mi propia persona y mi hijo, significándoles que, en caso contrario, sintiéndolo mucho pues no es mi deseo, me veré obligada a hacer uso de cuantas medidas la ley me otorga con el fin de restablecer los derechos a la intimidad de mi entorno familiar y los propios de mi hijo que, como madre, estoy obligada a velar por ellos.
Esperando de vuestra colaboración sepáis comprenderme»
Sin duda, un golpe sobre la mesa que refleja lo sobrepasada que está Gabriela en estos momentos.