La infanta Elena muy sonriente tras el cumpleaños del Rey Juan Carlos

Tal y como se venía especulando desde hace semanas, el Rey Juan Carlos ha celebrado por todo lo alto su 86º cumpleaños en Abu Dabi. Una fiesta que comenzó el 5 de enero -día en el que llegó al mundo el Emérito-, que se alargó durante dos días y que no se quisieron perder su familia ni parte de sus amigos.

Con la sonada ausencia de la Reina Sofía -que ha viajado a Grecia con motivo del primer aniversario de muerte de su hermano Constantino-, y de los Reyes Felipe y Letizia, que por primera vez han presidido la Pascua Militar acompañados por la Princesa Leonor, don Juan Carlos sí ha contado en su gran día con el apoyo de su entorno más cercano.

Las infantas Elena y Cristina, sus nietos Froilán, Victoria Federica, Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarín, y de algunos de sus incondicionales, como los exjefes de la Casa del Rey Fernando Almansa y Rafael Spottorno, el empresario Manuel Piñera Gil-Delgado, el periodista Carlos Herrera o el dúo musical Los del Río, que amenizaron la fiesta ambientada en los años dorados de Marbella al ritmo de su famosa’Macarena’.

Este domingo algunos de los invitados al cumpleaños aterrizaban en Madrid y, discretos aunque encantados tras su escapada exprés a Emiratos Árabes para arropar a Don Juan Carlos en esta fecha tan importante, confesaban que el cumpleaños había sido «estupendo.

La infanta Elena conseguía pasar desapercibida en el aeropuerto y no era hasta su llegada a su domicilio en el barrio del Niño Jesús cuando captábamos sus primeras imágenes tras la gran fiesta de su padre. Y tras varias horas descansando en su residencia para afrontar la vuelta al trabajo con fuerza, la hermana de Felipe VI ha retomado sus compromisos profesionales este lunes.

Y lo ha hecho con la mejor de sus sonrisas, con la que ha respondido a las preguntas de cómo ha ido el cumpleaños, cómo se encuentra su padre y qué tal lo han pasado en Abu Dabi. A pesar de su habitual silencio y de no entrar en detalles sobre la celebración, la madre de Victoria Federica -con sus inseparables gafas de sol y su sombrero- su gesto risueño a su llegada a la Fundación Mapfre desvela que todo ha salido a las mil maravillas.