Siempre tan discreto con su vida privada, Pablo Urdangarin se ha dejado ver llegando a Barcelona tras asistir al 86 cumpleaños de su abuelo, el Rey Juan Carlos I, en Abu Dabi y se ha mostrado ante las cámaras parco en palabras. Sin ganas de desvelar ningún detalle sobre la gran fiesta que ha vivido estos días, el joven reaparecía algo cansado ante las cámaras.
Eso sí, educado con la prensa, saludaba al encontrarse con el reportero y le desvelaba que la fiesta de cumpleaños había ido «muy bien», pero no confesaba ningún detalle más sobre esta gran reunión de la que ha disfrutado el emérito en Abu Dabi.
También le preguntábamos por cómo ha pasado estos días de Navidad junto a su padre en Vitoria y lo cierto es que se mostraba completamente reacio a hacer ninguna declaración. Y es que, a pesar de ser uno de los nietos de los eméritos más simpáticos con la prensa, pocas son las veces que desvela detalles íntimos.
Muy unido a sus padres, el joven está centrado en su carrera deportiva, pero no ha dejado de lado a ninguno de ellos durante estos últimos años, en los que se han vivido momentos complicados en su casa por el divorcio entre ambos. De esta manera, Pablo llega a la ciudad condal para descansar después de unos días de lo más intensos junto a su padre y, posteriormente, junto a la familia materna en Abu Dabi celebrando el 86 cumpleaños del emérito.