Un mes y medio después de la muerte de Fernando Fernández Tapias conocemos las últimas voluntades del conocido empresario, que tal y como se venía rumoreano, en 2019 tomó la decisión de modificar su testamento y desheredar a sus cinco hijos mayores: Fernando, Borja, Íñigo, Sandra y Juan Carlos.
Mientras se especula con que éstos podrían estar dando los pasos necesarios para impugnar la herencia ya que niegan el maltrato psicológico que alegó su padre para no dejarles nada de su multimillonaria fortuna, la gran beneficiada por Fefé, su mujer Nuria González -a la que ha dejado el tercio de libre disposición además de parte de la mejora y la mansión familiar de Puerta de Hierro- guarda silencio.
Destrozada tras perder al gran amor de su vida, la socialité prefiere no dar la cara y, a excepción del funeral en memoria del naviero y del homenaje que le hizo el Real Madrid -del que era vicepresidente primero- no se ha dejado ver desde la muerte de su marido el pasado 25 de octubre.
Tal es su deseo de mantenerse alejada de los focos que este domingo ha evitado ir al aeropuerto de Barajas a recibir a su hija Alma Carlota, que ha disfrutado del puente de la Constitución lejos de Madrid. A pesar de las ganas que tenía de reencontrarse con su pequeña -de 16 años- Nuria ha preferido quedarse en su residencia y encargar a su hermana Yolanda González el cometido de recoger a la niña para llevarla de vuelta a casa.
Muy discreta, la cuñada de Fefé -en mascarilla con todo momento para pasar desapercibida- ha dejado claro que ni ella ni Nuria piensan hacer declaraciones sobre las últimas voluntades del empresario: «Ya sabéis que nos mantenemos en silencio. Gracias» ha afirmado hablando también en nombre de su hermana.
Respecto a cómo afrontan las primeras Navidades sin Fernando, Yolanda confiesa que «felices fiestas no van a ser» pero que intentarán pasarlas de la mejor manera posible. «Ya basta, gracias» ha pedido, dejando en el aire cómo se encuentra Nuria y cuándo volveremos a verla.
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