El hijo de la Infanta Cristina nos ha dejado ver su lado más desconocido al final de su último partido con el BM Fraikin Granollers, donde contó con el apoyo de los padres y las hermanas de Johanna Zott -que está de Erasmus en Alemania- en la grada. Cercano con sus seguidores, especialmente con unos niños pequeños, Pablo sostuvo una pancarta con el resto de sus compañeros posicionándose contra la lacra del maltrato
Pablo Urdangarín nos sigue regalando imágenes tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. El pasado 25 de noviembre, el equipo por el que fichó el pasado agosto y con el que está consolidándose como uno de los jugadores más destacados del momento en la Liga Asobal, el BM Fraikin Granollers, juegó un nuevo encuentro frente al Recoletos Atlético Valladolid.
Y más allá de sus jugadas y el talento que demuestra cada vez que tiene oportunidad -demostrando que ha heredado el ‘don’ para el balonmano que convirtió a su padre, Iñaki Urdangarín, en una leyenda de este deporte- si algo nos ha llamado la atención de Pablo es su personalidad fuera de los terrenos de juego, de la que poco a poco vamos conociendo más detalles.
Familiar a más no poder, el hijo de la Infanta Cristina -ausente en este partido- cuenta con el apoyo incondicional de la familia de su novia, Johanna Zott, con los que tiene una relación de lo más especial y en los que se apoya desde que su pareja se fue a estudiar una Beca Erasmus a Alemania a principio de curso. Con la joven a miles de kilómetros son sus padres y sus hermanas los encargados de animar a Pablo desde las gradas en cada uno de sus compromisos y, con la bufanda del Granollers siempre al cuello, se han convertido en sus mayores fans.
Al margen de su maravillosa relación con sus ‘suegros’ y sus ‘cuñadas’ -es uno más de la familia- el sobrino de Felipe VI también nos ha conquistado en su último partido por su carácter cercano, esponánteo y cariñoso, especialmente con los más pequeños. Y es que acompañado por varios de sus compañeros, el joven no dudó en pasar varios minutos charlando con sus seguidores más jóvenes, a los que firmó autógrafos y trató con amabilidad y una gran sonrisa.
Y por último, pero no menos importante sino todo lo contrario, Pablo se ha posicionado directamente contra la violencia de género -una lacra en nuestro país- y se ha sumado a esta lucha portando una enorme pancarta en la que se podía leer: «frenemos la violencia de género. Asobal, una lucha conjunta», que ha sujetado concentrado y dejando claro su postura en este tema tan preocupante y delicado.