Esta nueva visita del Rey Juan Carlos a España -la sexta desde que se instaló en Abu Dabi en agosto de 2020- está siendo sin duda la más discreta hasta el momento y completamente diferente a la semana que pasó en Sanxenxo a finales de septiembre. A pesar de que llegó a la localidad gallega el lunes, en cinco días apenas se ha dejado ver.
No ha ido a entrenar con el ‘Bribón’ al Club Náutico de Sanxenxo, a pesar de que este fin de semana se celebran las últimas regatas del año, y tan solo ha abandonado la casa de Pedro Campos este jueves por la noche, para cenar con su hermana la Infanta Margarita, su cuñado Carlos Zurita y sus sobrinos María y Alfonso. Una salida en la que el Emérito consiguió dar esquinazo a las cámaras y que el restaurante elegido en esta ocasión no trascendiese a los medios de comunicación.
Si hace dos meses, con motivo de la visita de su hermana, Don Juan Carlos ejerció de ‘anfitrión’ y le enseñó sus lugares favoritos de la costa gallega -además de cenar en el restaurante D’Berto en O Grove salieron a navegar juntos por la Ría de Pontevedra- ahora ha preferido que sus encuentros se mantengan en la más estricta intimidad y no les hemos visto juntos
Este viernes, poco antes de que arrancasen las regatas en el Club Náutico, Doña Margarita, su marido y sus hijos se han acercado a primera hora de la mañana a la casa de Pedro Campos para despedirse del Emérito y tras desayunar con él, abandonaban la residencia en varios vehículos sin confirmar sin hacer declaraciones a la prensa sobre este encuentro, que previsiblemente podría ser el último de 2023, ya que no está previsto que Don Juan Carlos regrese a España estas Navidades.