Hace casi cinco años que no concede una entrevista, pues está absolutamente centrado en sus negocios, en su mujer, anónima, y en su hijo de 27 años, Christian Lozano, fruto de su etapa con Carmen Morales.
1Decidió comenzar una nueva vida en República Dominicana
Ahora, Óscar Lozano, de 50 años, habla en El Español, donde da respuesta principalmente a las razones por las que hoy por hoy está en el más absoluto anonimato, nada que ver a cuando saltó a la fama por ser pareja de Belén Esteban o ser gerente una mítica discoteca de famosos Buddha. “Ha sido porque en 2014 me fui a vivir a República Dominicana. Estuve cuatro años allí, creando un concepto de hoteles en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, y dejé de lado el mundo de la hostelería, el ocio y el espectáculo. Mi familia fue la que creó el ocio nocturno en Madrid y en España (…) Y en 2014, cuando pasó lo del Madrid Arena, aquella desgracia en la que murieron cinco chicas, cambió todo. Antes podía haber cuatro personas por metro cuadrado y después de este desastre lo cambiaron a una persona por metro cuadrado. Empezaron a ponernos problemas con los aforos, con las licencias y yo, que tenía el proyecto de República Dominicana desde 2006, decidí retomarlo y gestionarlo. Alquilé los locales que teníamos en Madrid y en toda España y me dediqué a eso. Una vez allí, pues, por circunstancias de la vida me retiré de todo esto del ocio y de la prensa”, explica el empresario.
Sí, es que nosotros siempre hemos tenido negocios que han sido punteros. Íbamos siempre a un público bueno, de cierta edad, de un estatus social interesante y todo eso se llevó a la vida pública. Ya lo habéis visto en los medios durante más de 20 años: deportistas, actores de Hollywood, cantantes, gente normal también, empresarios… Todo lo importante que sucedía en el tenis, en el fútbol o en el baloncesto, se celebraba siempre en nuestros locales. Primero en el Oh! Madrid, que abrimos en 1980 y después en el Buddha.
Al recordar esa época de oro a principios de los 2.000, durante la charla a Lozano le viene a la cabeza una de las noches más gloriosas como empresario, que correspondió al cumpleaños de David Beckham celebrado por aquel entonces en el Buddha. “Él acababa de aterrizar a Madrid, llevaba poquito tiempo, todavía Victoria no vivía aquí en España. Luego a los meses ya sí se vino con toda la familia. Celebró su cumpleaños en a puerta cerrada con un montón de artistas invitados. Salió en todos los periódicos del mundo, en las televisiones… Invitó a gente de su plantilla, del Real Madrid, pero también vinieron Elton John, Naomi Campbell, Elle MacPherson y un montón de estrellas internacionales”, explica el ex de Belén Esteban, quien también comparte otro importante momento en dicha discoteca: el día que la Selección Española ganó el Mundial de Fútbol, en el verano de 2010. “Se cerró el Buddha para toda la familia y todos los jugadores. Eran 300 personas. Una fiesta increíble, la verdad”.
En el plano de su vida personal, Óscar revela que tiene, desde hace mucho tiempo, muy buena relación con sus exparejas Carmen Morales y Belén Esteban. Así lo explica: “Una de las cosas que aprendí de mi tío, que era mi padre espiritual, Cris Lozano, es que en la vida todo lo que uno siembra es lo que recoge y lo que uno da es lo que recibe. Cuando yo he estado con una persona, sea conocida o no, porque, como sabes, no he estado con una ni con dos mujeres conocidas que han sido mis parejas: lo que he hecho ha sido quererlas, amarlas y respetarlas. Como tú puedes hacer con tu madre. Mira, un día mi madre me dijo: «Hijo, ¿tú a mí cuánto me quieres?» y yo le respondí: «Mamá, eso no lo puedo calcular. Yo te quiero infinito» y me dijo: «Pues imagina lo que tu hijo quiere a su madre, como tú me quieres a mí». Entonces ella me enseñó a que las mujeres para mí son sagradas. Sobre todo, la madre de mi hijo, a la que quiero, respeto y le deseo toda la felicidad.
Eso es pasado, pero en la conversación el madrileño de sincera para contar cómo está su corazón en este momento. Y lo tiene claro: “Llevo cuatro años con una persona, que es anónima, no es conocida, y he encontrado con ella el equilibrio emocional. Lo más importante de la vida es sentirte bien contigo mismo y con todo lo que te rodea. Yo soy muy espiritual, aunque soy cristiano y católico y apostólico, soy budista y he encontrado con ella el equilibrio emocional y espiritual. Soy súper feliz con ella».
«Tiene dos hijas, a las que quiero como si fueran mías. La mayor se llama Alejandra y tiene 14 años; la pequeña tiene 11 y se llama Daniela. Estoy en ese momento de mi vida en el que no tengo la necesidad de publicar nada en las redes sociales o contarlo en la tele. Eso ya pasó. Y ahora no quiero hacer exclusivas ni nada: sólo vivirlo, sentirlo y compartir mi felicidad con ella”.
Tampoco le faltan buenas palabras hacia su hijo, del que destaca su discreción: “Mi hijo, desde pequeño, lo ha seguido prensa: a sus cumpleaños, al colegio, pero fíjate si es una persona discreta que no tiene ni redes sociales. No cuenta nada de su vida, es muy discreto a todos los niveles. Él estudió Turismo y trabaja en un hotel. Es bueno, noble, cariñoso, educado, elegante… No es porque sea mi hijo, pero no sabes la suerte que hemos tenido Carmen y yo de tener un hijo como el que tenemos”, del que aprovecha para destacar que este pasado fin de semana fue su cumpleaños.