Blanca Romero está teniendo un papel muy relevante como concursante de MasterChef Celebrity 8, que como cada jueves emite una nueva entrega en la primera cadena de TVE. Pero no solo por su destreza en los fogones, sino también por cómo ha hecho frente al concurso en un formato audiovisual en donde la personalidad, la superación y el esfuerzo importan más que el propio cocinado.
“si le pillas el rollo, MasterChef es maravilloso”
La actriz, en conversación con verTele, reflexiona sobre su experiencia en el formato de cocina por excelencia, que esta nueva temporada también está enamorando al público. Romero se sincera y explica que ella tenía una idea equivocada de que el programa gastronómico era “como ir a Pasapalabra y en vez de decir letras, cocinar”. No contaba con tener que abrirse en canal ante las cámaras, pero una vez entendió el formato y su mecánica sentencia que “lo volvería a hacer mil veces”.
“Una vez entiendes el guion, el formato y cómo va, es el programa más divertido y más brutal”, añade al respecto, afirmando que “no me lo he pasado mejor trabajando en la vida” y que “si le pillas el rollo, MasterChef es maravilloso”, desarrolla la ex de Cayetano Rivera, y añade: “Contaba con que MasterChef era un programa blanco en el que había que cocinar bien, y cuando llegué me pilló despistada”, admite en primer lugar, asegurando que “una vez me ubiqué lo llevé todo a comedia y me lo pasé pipa”.
La actriz, a la que hemos visto antes en múltiples series de televisión pero nunca antes en un talent, al ser preguntada por si se pensó mucho o no el hecho de participar, responde sin titubear: “Me llamaron para unas ediciones anteriores y para nada me lo planteé. Tenía que venir por cojones, y no lo dudé. Si me hubiese tocado la lotería un mes antes, habría dicho que ni de coña voy a cocinar a ningún lado ni a exponerme, ¿qué necesidad? Y como no me tocó, fui.
Pero una vez entré y me ubiqué, pensé ‘si me toca ahora la lotería, sigo aquí y no me voy’. ¿Está bien explicado? Pues así es la realidad». Y se lo tomó en serio, porque no dudó en preparase antes de comenzar con las grabaciones. Decidió ir durante tres meses antes a Casa Marcial, la cocina de Nacho Manzano, con Esther Manzano.
Estuvo de ocho de la mañana a tres de la tarde entre los imponentes fogones del exclusivo establecimiento con todas sus recetas, «un laboratorio maravilloso y el mejor restaurante del mundo. Aprendí a cocinar un montón y sigo haciéndolo porque me encanta».
Respecto al concurso como tal y el estrés que supone la agilidad y presión de la televisión, Romero indica: «Yo es que soy muy estresada de por sí ya, entonces no noté mucho cambio. Me parece que nos dieron poca caña, que son unos flojos [ríe]. Ha habido presión y tensión, pero debe ser la que sufren sirviendo en una boda los camareros reales con 200 comensales, que acaban a hostia limpia. Nosotros no porque somos actores. Ha habido demasiada risa y muy buen casting, era muy difícil acabar discutiendo por un huevo frito».
«MasterChef es el programa más divertido y más brutal»
Conforme a sus compañeros de edición, entre los que se encuentran el actor Eduardo Casanova, la presentadora Toñi Moreno o el ex torero Jesulín de Ubrique, la también modelo no quiere ‘mojarse’ mucho, aunque reconoce que, en general, ha mejorado su opinión de todos ellos, algo que cree que también se debe a la ‘magia’ del programa: «Una vez entiendes el guion, el formato y cómo va, ‘MasterChef’ es el programa más divertido y más brutal»
Sobre otros compañeros, de ediciones anteriores, Blanca comprende perfectamente que también hayan estado desubicados o que incluso hayan dicho en público que ‘MasterChef’ no era lo que esperaban, ya que, según ella, «hay que tener mucha agilidad mental para llevarlo. Pero una vez entiendes el guion, el formato y cómo va, es el programa más divertido y más brutal. Lo volvería a hacer mil veces. Creo que no me lo he pasado mejor trabajando en la vida. Si le pillas el rollo, MasterChef es maravilloso».