Tres días después de los actos institucionales con motivo del 18º cumpleaños de la Princesa Leonor, la Reina Letizia ha reaparecido en Navarra. Una vuelta al trabajo en la que ha llamado la atención su gran sonrisa y su felicidad tras el gesto serio y ‘enfadado’ que fue incapaz de disimular durante la jura de la Constitución de su hija mayor ante las Cortes Generales el pasado 31 de octubre.
Consciente de que todas las miradas estarían puestas en ella tras su comentadísimo rictus de enfado en el gran día de la Princesa de Asturias, su Majestad se ha esforzado por mostrar su versión más alegre en la inauguración de la 23º edición del Festival de Cine ‘Ópera Prima’ Ciudad de Tudela, que en esta ocasión rinde homenaje a Carlos Saura y Fernando Méndez-Leite.
Cercana, sonriente y más natural que nunca, Doña Letizia no solo ha saludado a las decenas de personas que la han aplaudido a su llegada a Navarra, sino que ha roto su silencio ante las cámaras y, aunque no suele hacer declaraciones públicamente, ha zanjado las especulaciones sobre su seriedad en el 18º cumpleaños de la Princesa Leonor, confesado ante los micrófonos de Antena 3 que está «contenta». «Claro que estoy contenta» ha respondido cómo se encontraba.
Además, la Reina no ha dudado en saltarse el protocolo para coger una barra de pan de 4 kilos con el nombre de la heredera, que le ha ofrecido una de las personas que se encontraba entre el público y a la que se ha acercado agradecida.
Una reaparición en la que Doña Letizia ha vuelto a dar una lección de elegante con un favorecedor vestido midi en color gris con escote cruzado, manga larga y bajo deshilachado. Un diseño moderno y con un toque muy sexy que ha combinado con botas altas de piel negras de Nina Ricci y su canosa melena suelta y ligeramente ondulada.
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