Lara Dibildos recupera la sonrisa tras su ruptura con Cándido Conde-Pumpido

Después de seis meses de amor, y tras no superar la ‘prueba de fuego’ de la convivencia, Lara Dibildos y Cándido Conde-Pumpido han emprendido caminos separados. Así lo revelaba la actriz a comienzos de esta semana, asegurando que a pesar de que lo suyo no ha funcionado, su ruptura ha sido de mutuo acuerdo, no hay terceras personas y solo tiene buenas palabras para el abogado, al que conoció días después de la muerte de su madre, Laura Valenzuela.

«Hemos pasado un verano muy bonito, pero la vuelta al cole no la hemos superado. Simplemente una convivencia es muy dura y más en estas edades que es más difícil, pero no hay ningún problema. Le agradeceré siempre lo que me ha ayudado cuando falleció mi madre, porque ha tenido una paciencia y ha sido mi apoyo» ha asegurado.

Una ruptura tras la que Lara ha reaparecido radiante y rodeada de amigos en el aniversario de un conocido local de Madrid. Desdramatizando el fin de su noviazgo con Cándido cuando todos pensábamos que podía convertirse en el hombre definitivo de su vida, la artista deja claro que la vida sigue adelante y este varapalo en el terreno amoroso no ha conseguido borrarle la sonrisa.

«Por Dios, no pasa nada. No hay nada más que explicar sobre la ruptura, pero yo sigo viviendo mi vida y que sea lo que Dios quiera, que me sorprenda la vida» confiesa, dejando entrever que no cierra la puerta al amor y está lista para que la vida vuelva a darle una sorpresa.

Por el momento, Lara está volcada en el trabajo y acaba de estrenar la película de ‘Eugenio’, donde interpreta a su madre: «Ha sido un regalazo, primero por trabajar con Trueba, un homenaje para mi madre y ha sido precioso» reconoce, anunciando que en breves comienza su nuevo proyecto, un corto que va a rodar en Palma de Mallorca con una compañera de lujo como Carmen Morales. «Me hace mucha ilusión» confiesa.

Sin embargo, parece que no se ve siguiendo los pasos de su ex Álvaro Muñoz Escassi en ‘Masterchef Celebrity’ porque, aunque asegura que es de «buen comer», «no tengo olfato ni gusto desde el Covid». «Me es muy difícil cocinar, estoy aprendiendo ahora a identificar nuevos olores y sabores y me estoy reeducando a cocinar» explica, lanzando un dardo al jinete porque cuando eran pareja la cocina no era su fuerte: «Ahora es un pedazo de cocinero. Ya podría haber aprendido antes*».