La publicación de unas imágenes de Iñaki Urdangarín en actitud cariñosa con Ainhoa Armentia provocaba que el matrimonio de la Infanta Cristina y el ex jugador de balonmano saltase por los aires.
A pesar de que hace casi dos años que se separaron, la expareja todavía no ha firmado el divorcio para disolver formalmente su matrimonio, aunque todo apunta a que será en las próximas semanas -antes de noviembre– cuando los exduques rubriquen el acuerdo ante notario en Barcelona.
Según apuntan diferentes medios de comunicación, los puntos principales serían los siguientes: Doña Cristina e Iñaki tan solo poseen una propiedad -se vieron obligados a vender lo demás a raíz del caso Noos-, un apartamento en Bidart que se dividirán al 50%, ya que la hermana de Felipe VI no quiere renunciar a seguir veraneando en la localidad del País Vasco francés con la familia Urdangarín, con los que tiene una maravillosa relación.
Además, será la exduquesa de Palma la que se haga cargo de todos los gastos relacionados con sus 4 hijos -su educación la sufraga el Rey Juan Carlos-, pasando a su exmarido una especie de ‘pensión’ para poder sufragar sus gastos y sus visitas a Juan, Pablo, Miguel e Irene. Y es que el vitoriano tan solo cobra un subsidio de 463 euros por ser un preso en libertad, y se especula con que la Infanta le dará según su acuerdo una cantidad que estaría entre los 3000 y los 5000 euros mensuales.
Por último, el acuerdo también incluiría una cláusula de confidencialidad, puesto que los ex duques de Palma quieren que la discreción sea la tónica dominante en su divorcio.
Una discreción que la Infanta ha vuelto a demostrar en su reaparición en Barcelona, donde este martes ha asistido al partido que su hijo Pablo ha disputado con el Granollers contra su exequipo, el Barça.
Relajada y sonriente, Doña Cristina ha animado al joven desde las gradas, evitando pronunciarse sobre su divorcio con Iñaki. La hermana de Felipe VI ha ignorado las preguntas de la prensa, sin confirmar ni negar qué hay de cierto en las informaciones que se han dado sobre su acuerdo con su exmarido.
Impasible, la Infanta también ha guardado silencio sobre la nueva vida de su hija Irene, que en lugar de comenzar sus estudios universitarios habría decidido tomarse un año sábatico e instalarse en el Palacio de La Zarzuela con su abuela la Reina Sofía. Sus planes, sacarse el carnet de conducir, hacer viajes de cooperación siguiendo los pasos de su hermano Juan, y perfeccionar idiomas. Un giro radical en los planes de su hija menor sobre el que Doña Cristina tampoco ha querido decir nada.