Abriéndose camino a pasos agigantados en el mundo de la moda, Victoria Federica no solo triunfa en nuestro país, sino que su presencia se ha convertido en sinónimo de éxito en las pasarelas más importantes del momento. Tras disfrutar de la Semana de la Moda de París y de la MBFW Madrid, la sobrina del Rey Felipe VI puso rumbo a Milán, donde ha arrasado literalmente con los estilismos que escogió para asistir a los desfiles de Max Mara, Off White o Diesel entre otras firmas.
Cada vez más sexy y madura, la hija de la Infanta Elena ha dado un giro radical a su estilo y en su última aparición nos dejó sin palabras con su look más arriesgado hasta la fecha: un minivestido satinado negro de escote infinito del que no dudó en presumir en redes sociales y con el que estaba sencillamente impresionante.
De regreso en Madrid para continuar cumpliendo con sus compromisos profesionales -siendo una de las ‘it girls’ del momento se le acumulan los proyectos- Victoria ha mostrado sin embargo su peor cara y ha esquivado a las cámaras una vez más de la peor manera posible.
Lejos de contarnos qué tal su experiencia en la Semana de la Moda de Milán y revelar si está contenta por el aluvión de comentarios positivos tras su paso por la ciudad italiana, la hija de la Infanta Elena ha intentado por todos los medios que no se captase ninguna imagen suya, corriendo por el aeropuerto con la cabeza baja y una capucha puesta, haciendo casi imposible que se la reconociese.
Dando la espalda a la cámara, Victoria ha recorrido parte de la terminar a toda velocidad sin pronunciarse sobre el gran momento que atraviesa su carrera como modelo e influencer ni salir al paso de sus polémicas imágenes besando en la boca a una amiga durante un concierto.
La nieta del Rey Juan Carlos solo ha roto su silencio cuando le hemos preguntado si viajará a Sanxenxo para ver al Emérito, que está previsto que pase toda la semana en la localidad gallega para competir el fin de semana en las regatas que llevan su nombre. «Ya, chicas va» ha exclamado visiblemente incómoda antes de dar esquinazo a la prensa.