Desde que Rocío Jurado falleciese en 2006, María Teresa Campos acogió como una hija más a Rocío Carrasco. Comidas, cenas, Navidades y un principal apoyo en la lucha que ahora ya sí sabemos que vivió la hija de la cantante, la presentadora siempre estuvo para ella.
Hoy, Rocío hace frente a otro duro golpe en su vida, la que ha sido su segunda madre durante todos estos años fallecía esta madrugada a los 82 años y, como no podía ser de otra manera, se ha dejado ver en la capilla ardiente para despedirse de ella por última vez. Pudo hacerlo hace unos días, ya que el domingo se dejaba ver junto a su marido Fidel Albiac acompañando a Terelu Campos y Carmen Borrego en la Fundación Jiménez Díaz tras el ingreso de la presentadora.
Siempre en un perfil bajo, pero orgullosa de la relación que tenía con ella, Rocío llegó a contar en uno de sus documentales que María Teresa le hizo prometerla que algún día hablaría públicamente sobre el calvario que vivió con Antonio David y contaría su verdad ante España.
Tras la emisión de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ y ‘En el nombre de Rocío’ conocíamos gracias a la hija de Pedro Carrasco que la presentadora de televisión había sido conocedora de su triste historia. Esto es, sin duda, un reflejo de la confianza tan inmensa que ambas tenían y el vínculo tan estrecho que forjaron hace años.
Rocío tiene la misma relación con sus hijas, Terelu y Carmen, con las que se junta en numerosas ocasiones a lo largo del año y también en Navidades. Es por eso por lo que hemos podido verla completamente destrozada en la capilla ardiente de María Teresa, donde se ha dejado ver acompañada por su marido y su íntima amiga, Anabel Dueñas.