Nueva polémica para Tamara Falcó. Mientras la marquesa de Griñón disfruta de los primeros días de su luna de miel con Íñigo Onieva en Sudáfrica, ha salido a la luz una información que pone en entredicho el carácter cercano y encantador del que siempre hace gala y que deja entrever que su ‘ruptura’ con Sophie et Voilà -firma que iba a diseñar su vestido de novia- a dos meses de su boda podría no haber sido un hecho aislado.
Y es que tal y como han revelado en ‘Y ahora Sonsoles’ la hija de Isabel Preysler habría prescindido de la empresa de interiorismo que se estaba encargando de la reforma del que será su hogar con su marido a partir del próximo octubre. Un impresionante ático de 186 metros cuadrados, cuatro dormitorios, una inmensa terraza y piscina privada -entre otras comodidades- ubicado a pocos metros de la mansión de su madre en la urbanización Puerta de Hierro, que Tamara adquirió en 2021 y en el que pronto comenzará su nueva vida de casada.
A pesar de que recibió las llaves de su piso -valorado en 1.500.000 euros en junio de 2022, la marquesa decidió hacer una gran reforma al que sería su hogar para dejarlo a su gusto. Para ello contrató a la empresa Drömmeri Interiorismo, cuyas responsables son las que ahora han revelado el ‘feo’ que les hizo la colaboradora de ‘El Hormiguero’, con la que mantenían una amistad.
Con las reformas ya planteadas, un retraso en las mismas, sus prisas y su alto nivel de exigencia habrían llevado a una falta de entendimiento entre ambas partes, que habría terminado con Tamara rompiendo su acuerdo con las interioristas, que aseguran han confesado que el trato de la socialité con ellas no fue el correcto y con la que no han acabado en buenos términos.
Según el programa que presenta Sonsoles Ónega, un día la marquesa acudió a ver el piso y e insistió en que necesitaba su casa lista cuanto antes; Drömmeri Interiorismo, por su parte, le explicaron que necesitaban más tiempo para terminar las obras y la decoración y quedaron a la espera de una respuesta por parte de Tamara que nunca llegó, puesto que decidió romper con ellas y reemplazarlas por otra firma, Beatriz Silveira, que es la que ahora mismo se está encargando de que el ático se convierta en el hogar de los sueños de la socialité.
Una reforma que avanza a buen ritmo y que en principio acabará en octubre, cuando los recién casados se instalen en su nuevo nidito de amor. Ajena a esta nueva polémica, la hija de Isabel Preysler se encuentra disfrutando de la primera etapa de su viaje de novios en Johannesburgo y será en los próximos días cuando comience un safari al más puro estilo ‘Memorias de África’, cumpliendo así uno de los sueños de su vida.