El matrimonio González Flores, formado por Lola Flores y Antonio González ‘El Pescaílla’ era de ellos y para ellos. Lola era una mujer especial, genio y figura, fin de raza, diva (y modestia aparte, como diría ella misma). Siempre quisieron pintar a Antonio como un hombre a la sombra de su esposa, y es que, pese a su arte con la guitarra y su maestría a la hora de dar forma definitiva a la rumba catalana, El Pescailla callaba mientras Lola hablaba.
En estos días, la periodista Pilar Eyre ha desvelado un secreto que más que una revelación ha sido recordatorio. Mucha atención porque los González Flores guardan historias para no dormir.
1El hijo del Pescailla
En su columna semanal de la revista ‘Lecturas’, Pilar Eyre comenta lo siguiente: «El hijo de El Pescailla también se llama Antonio, también es guitarrista y vive en Jerez. Tiene la edad de su hermana Lolita porque la madre, la gitanilla Carmelita Santos, bailaora en la compañía de Lola Flores, estaba embarazada al mismo tiempo que la gran Lola».
Según la propia Eyre, «en Hormigas Blancas quisimos hablar del misterioso Antonio, cuya existencia reveló su padre en 1978, aunque de él nunca más se supo», continúa su relato. «Con una existencia dura y marginada, trabajó unos años con Antonio González en los Canasteros, pero después se sumió en el olvido. Fuimos a su humilde casa, conseguimos hablar con Carmelita por telefonillo, averiguamos que había sido novia de Manolo, el hermano pequeño de Lola, que cuando éste murió se refugió en los brazos generosos de Antonio González, que la dejó embarazada al mismo tiempo que a la Faraona». Y fruto de aquel encontronazo fuera de la ley, habría nacido este hijo, Antonio, de la misma edad que su hermana Lolita.
Y no son los únicos secretos dentro del matrimonio González Flores… ¡Sigue leyendo!