La vida amorosa de Victoria Federica ha acaparado numerosos titulares en los últimos tiempos. Convertida en una de las influencers más populares del momento y abriéndose camino en el mundo de la moda, la hija de la Infanta Elena, de 22 años, es todo un partidazo. Sin pareja estable desde su ruptura con Jorge Bárcenas en mayo de 2022, lleva meses rumoreándose que podría tener algo más que una amistad con el torero Andrés Roca Rey.
El hecho de que no falte a ninguna de sus corridas y la complicidad que derrochan en cada una de sus apariciones ha sido suficiente para que muchos crean que hay fuertes sentimientos entre ambos y podrían funcionar como pareja.
Sin embargo, ella insiste en que son solo buenos amigos, y se ‘deja querer’ por el piloto de motociclismo Albert Arenas, con el que después de ser pillada en actitud cómplice en la noche madrileña hace varios meses, habría tenido algún que otro encuentro. Este domingo, sin ir más lejos, la ‘pareja’ se reencontraba en el concierto de Coldplay en Barcelona, aunque entraban por separado al recinto para no dar pistas a la prensa.
Con la duda en el ambiente de si Victoria se decantará por Roca Rey o por Albert Arenas -ya que se rumorea que ambos estarían interesados en ella- Carmen Lomana desvela un dato hasta ahora desconocido con el que deja claro que la sobrina de Felipe VI ni tiene ni tendrá nada con el torero.
¿El motivo? «Roca ahora tiene una novia, una novieta… y con el piloto no sé, pero con el torero no. Creo que a lo mejor en un momento hubo algo pero ahora no seguro, es su amiga como lo soy yo» ha asegurado.
Además, la socialité no ha dejado pasar la ocasión a su llegada al Teatro Real para disfrutar de una tarde de ópera de pronunciarse sobre los detalles que Tamara Falcó ha adelantado en la revista ¡Hola! sobre su vestido de novia; un diseño elegante y atemporal inspirado en el que Grace Kelly lució en su boda con Rainiero de Mónaco: «Muy bien, que vaya de princesa que eso creo que le va mucho y le gusta a ella» ha apuntado con cierta ironía la socialité, que ha confesado que la polémica que se ha creado en torno al ingreso de la marquesa en la clínica Buchinger para adelgazar unos kilos antes de su boda le parece «ridícula». «Tiene cierta tendencia a engordar y quiere adelgazar parte de lo que ha engordado. Que vaya dónde quiera» ha afirmado con cierto aburrimiento, reconociendo que «está deseando que se case de una vez».