No cesa la preocupación por Camilo Blanes. El único hijo del desaparecido Camilo Sesto continúa haciendo oídos sordos a los alarmantes comentarios sobre su estado de salud y, después de las llamativas e impactantes imágenes que ha compartido en los últimos días a través de su cuenta de Instagram, ahora ha decidido darse un paseo ante las cámaras por los alrededores de su casa para demostrar que, como asegura, se encuentra «de maravilla».
En patinete eléctrico y con un casco de moto rosa con flores que tan solo dejaba entrever la peluca pelirroja que ha elegido en esta ocasión -ya que en su colección hay modelos rubios, morenos, de pelo largo, corto, rizado, liso…- el anteriormente conocido como Camilín ha recorrido la calle de la tranquila urbanización en la que reside en la localidad de Torrelodones presumiendo de su nueva identidad.
Y es que tal como él mismo habría comunicado a su entorno cercano recientemente, llevaba algún tiempo pensando en vivir como una mujer y ahora ha decidido experimentar estos sentimientos, haciéndose llamar Sheila Devil y vistiéndose de un modo femenino.
Ataviado con un cortísimo y ajustadísimo short azul eléctrico y un top rojo de escote barco, el cantante ha regresado a su residencia después de varios minutos de paseo para cambiar su atuendo y, minutos después, volvía a salir con una amplia chaqueta y un casco de bici en lugar del de moto para dejarnos ver bien su cara. De lo más sonriente -mostrando de nuevo su impactante dentadura- Camilo ha recorrido los alrededores con su patinete guiñando el ojo a su paso ante las cámaras, sin revelar sin embargo cómo se encuentra o si es cierto que se ha cambiado el nombre y ahora tenemos que llamarle Sheila.
Además de esta inesperada reaparición del hijo de Camilo Sesto, su casa ha sido un hervidero de actividad durante toda la jornada y además de los numerosos objetos que compra on line y que han preocupado a su entorno por su despilfarro -en esta ocasión ha recibido una enorme caja y otro paquete con una máquina de café- un hombre le ha entregado una carta por debajo de la puerta, y una señora se ha asomado por encima de la verja para ver cómo está el jardín de la residencia y comunicárselo a alguien por teléfono.