Ana Obregón está convencida de que la única opción que tiene en relación a su nieta es contar la verdad y esperar a que el público se posicione a su favor. Siempre ha dejado claro que Alessandro Lequio le apoya rotundamente y que era consciente de todos los pasos que estaba dando, pero ahora las situaciones muy distinta y Alessandro está en el centro de todas las miradas porque una conocida revista ha publicado una noticia que le compromete. En Lecturas han asegurado que no quiere conocer a su nieta y que es mentira que aprobase la decisión de Ana Obregón, el escándalo se complica por momentos y la única solución es que el colaborador de Ana Rosa Quintana dé un golpe en la mesa y cuente su versión de los hechos.
Alessandro Lequio ha defendido que guardará silencio hasta que no le quede más remedio porque piensa que es la única forma de guardar respeto a su hijo. En Telecinco han recordado que Alex Lequio participaba en la prensa del corazón, pero que siempre mantenía las distancias y que era muy reservado con su vida privada. Por eso Ana Obregón está recibiendo tantas críticas y hay tanta gente que no entiende que haya sacado a la luz detalle están íntimos que solamente le pertenecían a su hijo y a ella. Alessandro no estaba preparado para hablar en su programa y tampoco lo está ahora, a pesar de que cada vez hay más datos.
En Lecturas han asegurado que Ana Obregón ha mentido cuando dijo que Alessandro estaba deseando conocer a su nieta. El colaborador dio muestras de esta postura en el programa que presenta Ana Rosa Quintana en las mañanas de Telecinco, cuando reconoció que le gustaban mucho los niños, pero que solamente le gustaban los suyos. En estos momentos la situación es muy tensa y está pensando en qué medidas tomar para frenar los escándalos que rodean a Ana Obregón. Inevitablemente todo esto le salpica y no sabe cómo hacer para que su familia no se vea afectada por ninguna de las decisiones que está tomando la actriz y presentadora en los últimos tiempos.
Ana Obregón no quiere enfrentarse a sus mentiras
>La actriz y presentadora siempre ha presumido de ir con la verdad por delante y lo cierto es que ha hecho muchos esfuerzos para no esconder nada de lo que le está pasando en los últimos tiempos. Cuando su revista de cabecera anunció que había seguido un proceso de gestación subrogada enseguida se empezó a rumorear con la posibilidad de que el material genético del bebé fuera de su hijo Alex Lequio. Ana no dudó en contar la verdad y en reconocer que el ADN del bebé era de su hijo porque este antes de morir le hizo partícipe de su última voluntad. Dejó un testamento en el que aclaró que quería ser padre para que su legado continuase y eso es justamente lo que está haciendo Ana Obregón.
Alessandro Lequio ha tomado una postura muy diferente a la de su antigua pareja y prefiere mantener silencio porque piensa que es la única forma que hay de respetar la memoria de su hijo. Ha reconocido que está dispuesto a leer el libro que ha escrito Ana Obregón y todo lo hará porque son beneficios para la fundación de su hijo. También ha recordado que en esta fundación el ha participado de forma activa y ha donado cuatro millones de euros para que siga en marcha. Ana Obregón no lo niega, pero recuerda que ella está detrás de muchas gestiones y que no ha descansado hasta que este proyecto ha visto la luz. Cuando todo estaba finalizado ha pensado que era el momento de traer al mundo a una niña.
¿Hablará Alessandro?
>Alessandro Lequio no quiere formar parte de este espectáculo porque piensa que su hijo no querría que su intimidad estuviera en boca de todos. Por ese motivo nunca se ha pronunciado sobre su nieta y no ha dado ninguna declaración, más allá de lo que dijo en el plató del programa en el que colabora. Dejó claro que él era conocedor de todo el proceso y que Ana Obregón no le había ocultado nada nunca. En estos momentos la situación es muy tensa, tanto que ni siquiera ha desmentido lo que han contado de que no quiere conocer a su nieta. Esto ha servido para que muchos medios den el rumor por cierto y acusen a Alessandro de tener una postura demasiado.